Martes, 20 de mayo de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › BAYER DICE QUE NO CAMBIA SU CAMPAñA
Por Pedro Lipcovich
La aspirina jamás fue autorizada por las autoridades sanitarias argentinas para prevención de enfermedades cardiovasculares entre la población general... más allá de lo que sugieren fuertes campañas publicitarias. La secretaria de Prevención de la Sociedad Argentina de Cardiología contó a este diario cómo la idea de “la aspirineta diaria”, desconociendo los riesgos de hemorragia, es sostenida por personas que se automedican o incluso por profesionales “insuficientemente informados”. Pero –señaló una especialista en el uso racional de medicamentos– “la publicidad de medicamentos es terriblemente agresiva”.
–A partir del dictamen emitido por la FDA, ¿Bayer Argentina continuará difundiendo mensajes publicitarios que pueden propiciar el uso de aspirina como preventivo de enfermedades cardiovasculares en la población general? –preguntó Página/12 a esa empresa, y la respuesta fue: “Bayer en nuestro país desarrolla todas sus comunicaciones cumpliendo con las aprobaciones e indicaciones correspondientes de la Anmat. Y no se prevén cambios en este sentido”.
Consultada la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), su vocero precisó que “en ningún registro de aspirina de Bayer autorizada para comercializar figura la prevención primaria en las indicaciones del prospecto”.
Melina Huerín, secretaria científica del Consejo de Prevención y Epidemiología de la Sociedad Cardiológica Argentina, comentó que “recibo mucha gente que viene a evaluar su riesgo cardíaco y que ya está tomando aspirina en bajas dosis todos los días. Dicen que toman para prevenir. A veces la toman por sí solos, quizá porque vieron la publicidad, a veces se la indicó un médico que no estaba suficientemente informado: porque ya en 2009 la Uspstf (ver nota principal) advirtió claramente sobre los riesgos”.
“Los riesgos de hemorragia son importantes –destacó la cardióloga–. La gente tiende a minimizarlos, no es más que una aspirineta, piensa, pero los datos son contundentes. También hay que considerar que con la edad, así como crecen los factores de riesgo cardiovascular, también crece el riesgo de hemorragia. El riesgo de sangrado sube a la par que el cardiovascular.”
“Justamente hoy atendí a una mujer que tiene muchos factores de riesgo cardiovascular –continuó Huerín–. Ella venía tomando aspirina desde hace años, nunca tuvo una hemorragia, pero yo tuve que explicarle que la aspirina no le hace falta y que presenta riesgos, tiene que dejar de tomarla. ‘¿Le parece, doctora? ¿No voy a tener problemas?’ Ella, aunque tiene factores de riesgo, no ha tenido enfermedades cardiovasculares, el riesgo de hemorragia por la aspirina supera al cardíaco, pero le costaba aceptarlo.”
–Se ha instaurado socialmente la idea de que la aspirina es preventiva de problemas cardiovasculares, desestimando sus riesgos...
–Hay que decir que sí –contestó Huerín.
Claudia Calderón –directiva de Gapurmed (Grupo de Acción para el Uso Racional de los Medicamentos) y profesora de farmacología en la Universidad de San Luis– destacó que “la publicidad de medicamentos es terriblemente agresiva y tiende a la medicalización de la existencia: se vende la idea de que la preservación de un estilo de vida saludable puede ser sustituida por un medicamento, la aspirina en este caso. Se desconoce que los riesgos de hemorragia son graves, pueden llevar a la muerte. La gente suele creer que un medicamento, por ser de venta libre, no tiene efectos adversos, pero sí. El paracetamol, por ejemplo, si se lo consume más de lo debido, puede causar problemas hepáticos importantes. En todos los casos, el hecho de que un medicamento sea aprobado por las autoridades sanitarias no quiere decir que sea inocuo: se lo aprueba para determinadas patologías y los efectos deseados siempre deben cotejarse con los eventos adversos”.
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