SOCIEDAD
“Voy a seguir escondida”
“Tengo una bala alojada justo abajo de la nuca, en la primera vértebra cervical. Los médicos recomiendan sacarla pero no por ahora”, dijo a Página/12. Un pañuelo le cubre la herida en la garganta, ya cicatrizada. Diez días después de frustrar su asesinato, Karina ya recuperó el habla, pero la recuperó para hablar de lo único que invade su mente: el terror, las imágenes de Mingo apuntándole, los fantasmas repetidos durante años, los golpes, la desesperación por la desidia de las autoridades. “Dentro de lo aterrada que estoy y de mi indignación, estoy contenta porque fue detenido, pero para mí que sale en poquitos días, así que yo voy a seguir escondida.”
Karina está acompañada día y noche. Llegar a ella fue posible sólo después de una intrincada cadena de llamados. “Hoy salí del hospital –dijo–. Los médicos recomendaron no sacar el proyectil de la columna todavía, pero que me lo iban a tener que sacar en poco tiempo. Es una zona muy riesgosa. Tengo muy tapada la carótida por el hematoma de la otra bala que entró por atrás de mi oreja. Tuve suerte, el huesito la desvió. Tengo que tomar medicamentos para evitar la coagulación y que no se inflame más esa zona. También es operable, pero no ahora. Me recomendaron que tratara de hacer una vida normal.”