Domingo, 12 de julio de 2015 | Hoy
Personal Ink es una organización no gubernamental que surgió a partir de la experiencia de Molly Ortwein, una mujer de Colorado, Estados Unidos, que atravesó un cáncer de mama y tuvo que ser sometida a una doble mastectomía. Tras enfrentar la enfermedad y los tratamientos, Molly recurrió a un tatuador para cubrir las cicatrices.
Luego de atravesar esta experiencia, Ortwein consideró que podía ayudar a otras mujeres con la misma problemática, conectándolas con tatuadores que brinden el mismo servicio gratuitamente. Entonces, con otras sobrevivientes de cáncer de mama creó una organización. Y empezaron a ubicar tatuadores que quisieran ser parte del proyecto.
Personal Ink cuenta con una red de tatuadores y tatuadoras terapéuticas que se extiende por diferentes países. Los contactos y trabajos de los tatuadores (como el de la foto a la izquierda) están expuestos en la página web de la organización.
Según lo expresa en su web, para P.Ink el tatuaje es la elección “para hacer algo más y que la cicatriz no sea la que tiene la última palabra”. En su web, la organización cuenta que “un tatuaje en ese lugar puede ayudar para avanzar” o “ayudar a olvidar”. Según su creadora, hasta la existencia de esta ONG “no había una tercera alternativa para aquellas mujeres que querían hacer algo distinto durante su reconstrucción” y por eso decidieron unir “la reconstrucción con tatuadores que tienen algo que ofrecer”.
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