SOCIEDAD › LLEGO UN CRUCERO CON 210 DESCONCERTADOS TURISTAS
Ayer fue el día del desembarco alemán
Por C. R.
Desde Mar del Plata
Con puntualidad alemana, el crucero “Berlín” llegó a las 7.30 y amarró en la escollera norte. De a poco, fueron bajando 180 de los 210 pasajeros que traía a bordo y que tenían en el rostro la expresión exacta que debe tener un alemán que baja por primera vez en el puerto de Mar del Plata. La curiosidad se multiplicó en las caras cuando observaron la presencia de las chicas de la Guardia Nacional del Mar, que recibieron a los viajeros con música de banda pueblerina y con dos directoras de orquesta, Deborah y Janina, que marcaban el compás con sus bastones de madera girando de mano en mano. “Mucho lindas”, ensayó un pobre piropo uno de los primeros hombres que pisó tierra y como toda respuesta recibió una pila de afiches turísticos. “Vamos al campo, al asado, al mar si hace menos frío”, repitió varias veces Ulrike, una simpática anciana de pelo blanco, mientras su marido, Frederick, se entusiasmaba con cada foto que le tomaba a las bastoneras, que seguían su trabajo a pesar del viento helado que venía del mar y de sus cortas faldas.
El crucero, de 139 metros de largo y casi 18 de ancho, fue construido en Alemania, en los astilleros HDW, en el año 1979, tiene una capacidad de hasta 420 pasajeros que duermen en cabinas dobles y desarrolla una velocidad de 16 nudos. “Pasamos por Buenos Aires, estuvimos unas cuantas horas y ahora nos vamos hacia el sur de la Argentina y luego hacia Chile”, explicó otra de las pasajeras, traductora mediante. Además de la Guardia del Mar, se montó un show de tango con un par de bailarines, pero el pequeño escenario estaba tan lejos del lugar donde el barco fue amarrado que sólo dos de los 180 se acercaron para ver el espectáculo.
También se habían instalado varios puestos de artesanías y recuerdos “de Mar del Plata”, pero en ninguno se vendió ni un solo mate, ya que los turistas extranjeros se fueron por otra salida y ni siquiera se cruzaron con los vendedores. Ayer por la mañana y parte de la tarde, en tropel, ya que apenas permanecieron aquí unas 12 horas, los 180 alemanes bajaron del barco, ya que unos treinta turistas permanecieron en el barco dado que no habían contratado excursiones. De los que bajaron en el puerto, la mayoría realizó una vista a la Laguna de los Padres y otros aprovecharon el paseo para hacer algunas compras, en negocios de los principales centros comerciales y no en el puerto. “No tenemos mucha información sobre lo que vamos a ver en Sierra de los Padres, pero por lo que se ve de aquí y por lo que nos dijeron, la ciudad es muy linda y queremos conocerla, si alcanza el tiempo.”
El crucero salió del puerto de Génova, con rumbo a Dakar, el 7 de noviembre del año pasado. Desde el puerto africano, luego de unos días en tierra, reinició su viaje el 5 de diciembre y luego llegó a Manaos, en Brasil, y al puerto de Montevideo. “El viaje ha sido tranquilo, aunque un poco cansador. Dentro de la nave tenemos muchas comodidades, pero ya estamos extrañando un poco”, se confesó otro de los viajeros ante las cámaras de la televisión. La nave, que tiene 180 tripulantes, cuenta con varios restaurantes, teatro, pileta de natación, una biblioteca, salas de lectura, salones para fumar y con una banda de música que toca en vivo durante buena parte del viaje.
Después de Mar del Plata, el crucero tocará Puerto Madryn, para una visita a los lobos marinos, cruzará el Cabo de Hornos y hará escalas en Puerto Williams, Ushuaia, Punta Arenas, Puerto Montt y Valparaíso. Durante la breve permanencia en Mar del Plata, los responsables del Ente Municipal de Turismo (EMTUR) tomaron contacto con los viajeros para tratar de convencerlos de un nuevo viaje, con una estadía mucho más prolongada. Según cifras oficiales, los 250 mil turistas que pasaron por Mar del Plata en lo que va del año hicieron un gasto per cápita de más de 50 pesos de promedio diario.
“Esto significa que algunos gastaron más de 80 pesos diarios y en el caso de los extranjeros, ese número siempre es mayor porque compran muchas cosas por las ventajas que les otorga el cambio de moneda”, comentó a este diario una fuente del EMTUR. Lo que se busca es conseguir que “los alemanes vuelvan el año próximo, pero para quedarse cuatro o cinco días como mínimo”. La escollera norte ayer estuvo a full, porque dos horas después del “Berlín” atracó la Fragata Libertad, que desde hoy y hasta el 20 de este mes podrá ser recorrida por los turistas. Las llegadas se produjeron con alguna dificultad en el amarre, porque además del cielo gris, el mar estaba bastante furioso.