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En la ciudad de Buenos Aires coexisten dos sistemas de estacionamiento: el medido, que hasta ahora involucra al área de micro y macrocentro. Y el de las denominadas “tarjetas azules”, vigente en algunos barrios, como Caballito, Palermo y Belgrano.
El primero fue operado desde 1991 por las empresas privadas SEC y STO, que cobran por el estacionamiento en zonas de parquímetros y tickeadoras, y además por el acarreo de los vehículos mal estacionados. Hasta marzo de 2001 las empresas colocaban a los infractores los polémicos cepos, que fueron eliminados por decición del gobierno porteño. La concesión venció el 25 de marzo de ese año y desde entonces las compañías trabajan con contratos prorrogados.
El sistema de las tarjetas azules es más antiguo. Fue impuesto a principios de la década del ‘80 con un propósito social, ya que es operado mayoritariamente por jubilados, encargados de vender las tarjetas a 1,50 peso por dos horas. “A este sistema hay que mejorarlo porque hoy no funciona: nadie lo controla, mucha gente se niega a pagar o finalmente termina arreglando con el vendedor por una cifra menor a la establecida”, cuestionó el subsecretario de Transporte, Andrés Borthagaray, quien estudia modificaciones al sistema.