SOCIEDAD
Una ley congelada en Río Negro
En Río Negro fue aprobada por la Legislatura, en marzo de 2003, una ley que reconoce legalmente a las parejas homosexuales y les otorga los mismos derechos que a los concubinos. Sin embargo, desde esa fecha, el Poder Ejecutivo tiene pendiente la reglamentación de esa norma. En ese marco, representantes de la comunidad gay de la región señalaron a este diario que “no comprenden que haya pasado tanto tiempo y aún la ley no esté reglamentada”.
“El gobernador (Miguel Saiz) me demostró su interés por reglamentar la ley, pero aún no lo ha hecho porque, según él, hay temas más prioritarios para resolver como la pobreza y la educación”, contó la ex diputada del Frente Grande e impulsora de la iniciativa, Regina Kluz. “Una de las razones que demoró la reglamentación –agregó– es que fue aprobada en medio de la campaña electoral.”
“Si no tenemos novedades comenzaremos a hacer una fuerte campaña a través de los medios para que se ocupen del tema”, indicó un representante de la agrupación Desida por la Vida, Daniel Aguirre.
La norma establece que las parejas del mismo sexo podrán efectuar una declaración jurada que certifique su convivencia ante un Juzgado de Paz. El trámite se deberá realizar en presencia de dos testigos. No podrán hacerlo los menores de 18 años, los incapaces, aquellos que estén unidos por algún parentesco sanguíneo, las personas casadas o en concubinato. La declaración jurada les permitirá ejercer todos los derechos y obligaciones que la legislación provincial establezca para las parejas convivientes.
Es decir, si uno de los integrantes trabaja para el Estado provincial podrá extenderle a su pareja la cobertura de la obra social, que es la más grande de Río Negro; también inscribirse en forma conjunta para acceder a una casa del Instituto Provincial de la Vivienda y sumar puntaje entre los dos para conseguirla; gozar de licencia en caso de enfermedad del conviviente y tener acceso a la terapia intensiva cuando uno de los dos esté internado.
A diferencia de la ley porteña, la norma rionegrina no alcanza a las parejas heterosexuales ni crea un registro.