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“¿Nunca apretó la cáscara de una naranja sobre una vela?”, así empieza la explicación de Carlos Bianchi sobre la explosión de cereales en Rosario. Bianchi es ingeniero industrial y experto en seguridad industrial dentro del campo de medio ambiente. Consultado por Página/12 cuenta que aunque nadie lo tenga muy en cuenta, los granos de maíz, de soja, los de harina y los de cualquier tipo de cereal son tan peligrosos como la manipulación de la pólvora. Como la naranja que entra en combustión frente a la vela, los cereales emanan “ácidos esenciales de alto poder de combustión”. Entran en combustión con el aire, tanto como la nafta dentro del motor que cuando entra en contacto con el aire, dice, explota. Estas explosiones constantes se regulan con equipos especiales y ventilación. Cuando en esos mecanismos se produce una falla, por falta de limpieza, de mantenimiento o alguna variante pueden generar el primer chispazo. “Es difícil que entren en combustión por termogénesis o en autocombustión, sin un motivo de ignición o chispazo exterior”, especula el especialista.