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“Tenés que ser mago para trabajar ahora: hay más trabajo porque tenés que ver cómo resolver los problemas de la gente que quiere pagarte el alquiler de quince días en tres veces: esta semana una parte, otra la semana que viene y el resto con tarjeta.” Quien asegura que trabaja el triple es Sergio Deprez, de Estudio Uno, que trata de atrapar a los caminantes que se han largado desde Buenos Aires y de Rosario sin reservas. Pocos lo saben, pero todos los precios de alquileres están marcados en dólares. Frente a Estudio Uno, en Gonet, los departamentos de un ambiente se ofrecen a 25 dólares y los de tres se pueden conseguir pagando 45 de la misma moneda. Nadie ha anunciado cambios, pero frente al verano todo se prepara para no salir perdiendo. Algunos supermercados están remarcando precios desde el miércoles y los electrodomésticos están, pero nadie los vende.
En medio de ese clima donde la arena se mezcla con los números, los operadores de turismo hacen malabares para no perder clientes. Al descuento del 50 por ciento en las autovías que llegan hasta estos pagos, en todos lados hay carteles con la única leyenda que parece importarles: “En Mar del Plata –dice– se aceptan patacones”. Pero este año se han caído algunas atenciones. Toledo y Carrefour, que hasta ahora estaban dispuestos a entregar una bolsa de productos al veraneante que presentara un contrato de alquiler, se han retirado de la carrera.