EL PAíS › DUHALDE DIJO QUE SE TERMINO LA ALIANZA CON EL SECTOR FINANCIERO
“Gobernará la comunidad productiva”
Ante empresarios y gremialistas dijo que era el Presidente de la transición y que “el Estado defenderá lo que nos queda”.
Por Martín Piqué
“Vengo a decirles que debemos terminar con la alianza que perjudicó al país, que es la alianza del poder político con el poder financiero.” Las palabras del presidente Eduardo Duhalde resonaron en la sala de conferencias de la quinta de Olivos. Era una declaración de principios, e implicaba un cambio significativo con respecto a las políticas oficiales de los últimos once años. Los empresarios del Grupo Productivo que llenaban el auditorio festejaron en silencio. El discurso de Duhalde recuperaba un tinte nacionalista que parecía archivado. Y el Presidente los cortejaba otra vez en público: “Argentina decide construir una nueva alianza, la alianza de la comunidad productiva.”
Los representantes del sector productivo aplaudieron los anuncios, conscientes de que son aliados estratégicos del flamante presidente. Y Duhalde prosiguió con su discurso. Admitió que su propuesta “requiere un cambio cultural muy importante” y aseguró que, debido al “proceso de desnacionalización” de la economía, el Estado deberá “proteger lo que nos queda”. De esa forma, recuperó cierto perfil proteccionista a pesar de la desconfianza que genera ese discurso en el poder financiero mundial. “Empecemos con el tallercito, el pequeño comerciante, el productor, el pequeño y gran empresario argentino”, subrayó. Antes había definido a la “defensa irrestricta de los intereses nacionales” como uno de “los rasgos comunes” de los “países que progresan”.
En la sala se mezclaban empresarios ligados a la construcción y a las automotrices, como Aldo Roggio y Cristiano Ratazi (FIAT), con los dos líderes de las CGT, Rodolfo Daer y Hugo Moyano. La imagen hacía pensar en el pacto social impulsado por José Ber Gelbard con los auspicios de Juan Domingo Perón. Entre tantos anuncios económicos, Duhalde incluyó una autocrítica pensada para estos tiempos de crisis política. “Hemos sido los dirigentes argentinos, fundamentalmente los dirigentes políticos, los que hemos llevado a este país ante estas circunstancias que nos afligen.”
El Presidente se refirió también a un tema que parece obsesionarlo: la declinación de la clase media. Sabe que ése es uno de los puntos débiles de su sustento político: fueron los sectores medios los que le impidieron llegar a la Rosada en diciembre de 1999. “El año pasado hemos liquidado a la clase media argentina”, reconoció, y luego explicó cuáles serán los objetivos más inmediatos de su gestión: “Hay que garantizar los derechos humanos básicos a los argentinos, la alimentación y la salud.” En ese sentido, rogó a los supermercadistas de la COPAL que “den una mano” evitando la remarcación de precios. Entre los presentes se hallaba Alfredo Coto, titular de la cadena de hipermercados, que según el propio Duhalde es el único empresario del ramo que cumplió con el pedido.
Como en la Asamblea Legislativa que lo coronó Presidente, Duhalde volvió a utilizar un tono épico, con un toque de dramatismo, para alertar que el país atraviesa “horas dramáticas”. “Estamos quebrados, estamos fundidos, y muchos de ustedes están quebrados y fundidos”, enfatizó, aclarando que si se cayese “un escalón más abajo” el país padecería “un baño de sangre”. A su lado se encontraban el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, y el ministro de Producción y hombre de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, viejo conocido de muchos de los presentes.
Pero no podía faltar una referencia a la interna del PJ. “Yo soy el presidente de la transición”, se definió Duhalde y adelantó que la próxima semana renunciará a todos sus cargos partidarios. Pensando en su sucesor, prometió que “le voy a dejar una Argentina caminando, milagros no hago, pero dejaré una Argentina ordenada y en marcha”.
Los anuncios cayeron bastante bien entre los empresarios, que igualmente los tomaron con cautela. “Hay que recrear una expectativa positiva. Es importante que todos pongamos desde el sector productivo una esperanza”, afirmó Roggio, de la Cámara Argentina de la Construcción. “Fue bueno”, analizó Ratazzi, de Fiat. Y luego reconoció que “estamos en vísperas de unfin de semana muy importante”. Eso lo sabe muy bien Duhalde, que el jueves a la noche se reunió con sus asesores Luis Verdi, Carlos Ben y José Pampuro en el despacho presidencial. En esa reunión, después de mirar la CNN, preparó el discurso de ayer al mediodía, en el que prometió “dejar el país caminando”.