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Mediante una carta personal dirigida al titular de la Conferencia Episcopal Argentina, Estanislao Karlic, el presidente Eduardo Duhalde les ratificó a los obispos su decisión de aceptar el ámbito ofrecido por la Iglesia Católica con la asistencia del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) para “transitar un proceso de diálogo nacional” que permita de manera concertada con todos los sectores sociales “la elaboración inmediata de un programa de salvación nacional” tal como lo expresó el mandatario en su discurso ante la Asamblea Legislativa el 1º de enero. La nota presidencial tuvo positiva acogida en la jerarquía católica; los obispos ratificaron su voluntad de seguir facilitando el ámbito de la Iglesia para colaborar en iniciativas que acerquen soluciones y ello se traducirá, el próximo lunes, en una entrevista entre Duhalde y la Comisión Ejecutiva integrada por el propio Karlic, el arzobispo de Rosario, Eduardo Mirás; el cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, y el secretario general, obispo Guillermo Rodríguez Melgarejo. Duhalde ya había participado activamente en los esfuerzos de concertación apoyados por la Iglesia durante la última etapa del gobierno de Fernando de la Rúa.
Fuentes cercanas a la jerarquía católica indicaron que la posición de los obispos es similar a la ya expresada en el documento del 13 de diciembre en el que señalaron que “el diálogo que el país reclama de los diversos sectores de la dirigencia debe tener como horizonte la fundación de un tiempo nuevo y no ser el espacio de un intercambio de beneficios o de réditos políticos”.
El lunes, coincidiendo con el encuentro entre Duhalde y las más altas autoridades del Episcopado, se reunirá también la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, integrada por una veintena de obispos. Esa será la caja de resonancia y el espacio de convalidación de las tratativas y los contactos que se vienen haciendo desde la Iglesia.
La Iglesia Católica ha manifestado también su disposición a seguir colaborando en los programas sociales. Un pedido expreso en ese sentido fue formulado por Hilda “Chiche” González de Duhalde, quien además se comunicó directamente con el presidente de Cáritas, el obispo Jorge Casaretto. Junto con la respuesta afirmativa, el obispo de San Isidro ratificó las condiciones que estableció para las relaciones con los organismos del Estado. Dado que no existe en Caritas una estructura vertical, Casaretto le transmitió a Hilda González que toda la colaboración debe ser acordada con cada diócesis y traducirse en proyectos concretos en los cuales se establezca con claridad cuál será el aporte del Estado y cuál concretamente la tarea de la Iglesia.