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Con la aparición de tres casos en Entre Ríos y uno en Chaco, el misterio de la mutilación de animales ya atraviesa seis provincias. Mientras los expertos buscan una explicación científica, los pobladores de las zonas afectadas continúan revisando el ganado y abonando teorías sobrenaturales. Ayer las características macabras de los hallazgos se repitieron en el sur del país –con casos en Choele Choel y San Antonio Oeste– y en la localidad bonaerense de Bolívar.
Entre Ríos superó a su vecina Santa Fe, que cuenta con dos casos, con la aparición de tres animales mutilados en campos cercanos a la localidad de Hasenkamp. En el primero se trató de una vaca encontrada a última hora del jueves seccionada del mismo modo que el resto en un monte de difícil acceso, ubicado en un campo de 420 hectáreas. La Policía Rural no alcanzó a terminar los estudios sobre ese cadáver cuando fue advertido de dos nuevos hechos –otra vaca y un caballo– a apenas 30 kilómetros del original. Los veterinarios pudieron observar en todos los cuerpos las mismas heridas cortantes, la misma ausencia de sangre, la misma inexistencia de huellas que en los precedentes.
También surgió ayer el primer caso en territorio chaqueño. Fue en el distrito de General San Martín, una localidad ganadera en la que la policía “se entró por los rumores que había una vaca en estas condiciones porque el dueño del campo no lo quería hacer público”, según contó a este diario el jefe de la Policía Rural Daniel Acosta. Cuando los oficiales pudieron acceder al terreno, dos veterinarios particulares ya estaban practicando la necropsia. “Le faltaba un ojo, los músculos del maxilar derecho y la lengua, entre otras cosas”, describió el policía.
En realidad, la vaca había sido ubicada por el puestero en la colonia Campo Bermejo el domingo pasado pero el propietario recién conoció el jueves a la tarde lo que había ocurrido. “En cinco días de estar ahí el animal no había sido ni tocado por alimañas”, se asombró Acosta. Y recalcó que el campo –de unas 400 hectáreas– pertenece a una colonia por lo que viviendas bastante cercanas, pero “el poblador que está a 700 metros de donde se halló al cadáver no vio nada raro”.
En tanto, un estudiante de veterinaria encontró dos cadáveres de vaca mutilados a 70 kilómetros de Choele Choel, y otro fue hallado en el campo de Adolfo Urcera en San Antonio Oeste. En esta ciudad rionegrina la gente tiene miedo y comienza a cambiar sus hábitos: ni bien anochece muchos prefieren quedarse seguros y más tranquilos dentro de las casas.
Por último, un productor agropecuario que tiene su campo a 15 kilómetros de Bolívar denunció el miércoles a última hora ante la policía que una de las vacas que había dado por desaparecida había sido hallada mutilada. En la tarde de ayer, cuando pensó que todo había terminado, descubrió que otro animal suyo –que había muerto en forma natural el viernes pasado– presentaba los signos todavía inexplicables.