FEDERICO SCHUSTER *

“Existe ruptura”

“Se ha instalado en la Argentina una segmentación del sector trabajador que construyó en su seno distintas autodefiniciones de clase. De un lado están los trabajadores que tienen vivienda, y del otro los argentinos iguales a ellos y a los que se enfrentan, que no tienen acceso a los elementos indispensables para tener una vida digna. El capitalismo ha provocado una ruptura de los lazos de solidaridad que también afecta a la clase media. Es recurrente en la historia que la clase media porteña durante épocas de apogeo económico estigmatice a los sectores pobres. Este sector social siempre tuvo la pretensión de pertenecer a la clase alta y experimentan un profundo temor y aversión por sentirse faltos de bienes elementales de subsistencia. Esto genera una serie de prejuicios culturales que muestran a los segmentos medios urbanos como clasistas y racistas. Para cambiar el mapa de desigualdad, creo que es necesario generar un debate sobre los valores que queremos tener como sociedad y tender lazos de solidaridad. Este debate debe ir acompañado por políticas sociales que garanticen los derechos de la población y asistencia. Es un escándalo que una ciudad tan rica como Buenos Aires no pueda brindar viviendas dignas a sus ciudadanos. Además, el Estado debe impulsar una reforma fiscal progresiva que garantice oportunidades a todos los argentinos.”

* Decano de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

JUAN PEGORARO *

“Ingreso ciudadano”

“Los hechos de Villa Soldati son la expresión más clara de la desigualdad social de la Argentina. Por un lado se tienen las imágenes de Puerto Madero como símbolo de una sociedad opulenta y a las pocas cuadras se encuentra la contracara, que es la pobreza, la situación de degradación en la que viven esas 400 familias, en este caso. Esta es una imagen que se repite en todos los países de América latina y que es consecuencia de las políticas neoliberables implementadas en la región a partir de la década del ’80. La solución para cambiar esta postal es generar políticas públicas que consideren a los segmentos de población marginados como ciudadanos con plenos derechos. Para ello es necesario que se implementen políticas de ingreso ciudadano que garanticen a la gente una vida digna y les permita acceder a vivienda, educación y salud. Esto debe reemplazar las medidas focales que reafirman la exclusión social. En cuanto a las expresiones de la clase media sobre los habitantes de la villa que se quejaban porque tenían heladera o televisores, creo que son voces minoritarias y sin entidad de ese segmento social. Hay sectores que pueden criticarlos por tener tal o cual bien de consumo, pero en su gran mayoría creo que se han sentido afectados en su sensibilidad por el horror que vivieron tantas familias.”

* Investigador del Instituto Gino Germani. Profesor de Sociología (UBA).