radar

Domingo, 7 de junio de 2015

LOS PATOTEROS DE ANTES

Según consigna el Diccionario de Films Argentinos de Raúl Manrupe y Alejandra Portela, La patota, el original dirigido por Daniel Tinayre y estrenado en agosto de 1960, es un “film supuestamente moral pero básicamente de entretenimiento, con preciosismos visuales” y “el problema” que acusaban los títulos que estrenó el director por esa época: demasiado “sensacionalista”. Homero Alsina Thevenet elogió la fotografía nocturna, el complejo inicio “que intercala presente y pasado con gran soltura narrativa”, la interpretación de Walter Vidarte y “algunos momentos” de Mirtha Legrand, pero marcó “la irregularidad habitual de Tinayre, que aplica su inteligencia a temas en los que apenas cree”.

Sin embargo, a la distancia, con la perspectiva de las décadas transcurridas, puede decirse que esta incursión en el melodrama del director y su mujer (cuya colaboración se caracterizó más por comedias como La vendedora de fantasías) conserva su interés no a pesar sino justamente debido a su impulso sensacionalista, la intención de instalar un tema polémico entre el público. Lo que la aleja de nuestros tiempos es el aspecto religioso, que se vuelve un elemento central, prácticamente un motor del drama, y que se hace explícito: en una cita inicial al Evangelio según San Mateo (“setenta veces siete”) y en una conversación temprana de la protagonista con la directora de la escuela, en la que la primera confirma que profesa la fe católica. Todo quedará marcado por este concepto: desde la voluntad de Paulina de perdonar a sus violadores, hasta la decisión de no abortar el embarazo producido en su violación. Este componente religioso marca el mayor cambio entre la película del ’60 y la remake de Santiago Mitre, que lo reemplaza por elementos políticos e ideológicos. La película original ya desbarrancó para cuando, en el diálogo final, los muchachos de la patota se dicen: “Qué flor de lección nos dio la maestra. ¡Y no la vamos a olvidar en la vida!”. A continuación se imprime en pantalla el cartel, firmado por el director y el guionista: “Si con esta película logramos evitar UNO SOLO de esos delitos que humillan la condición humana, nuestro propósito se habrá cumplido”.

Compartir: 

Twitter

MIRTHA LEGRAND EN LA PATOTA, 1960.
SUBNOTAS
  • LA LEONA
    Por Mariano Kairuz
  • LOS PATOTEROS DE ANTES
 
RADAR
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.