En el cuarto trimestre de 2007, el crecimiento de la economía de los Estados Unidos también había sido de 0,6 por ciento, según la agencia de noticias DPA.

Pese al escaso avance, producto de la crisis inmobiliaria y crediticia, la estadística no se ajusta a lo que los economistas consideran como la clásica definición de recesión, que implica una retracción de la economía, indicó un despacho de la agencia de noticias Bloomberg.

Numerosos analistas habían previsto que el producto bruto interno (PBI) crecería a un paso más débil, 0,5 por ciento, en el primer trimestre; incluso a principio de año estimaban que la economía daría marcha atrás entre enero y marzo de este año, fenómeno que ahora proyectan para el segundo trimestre.

Pese a que el crecimiento de la economía fue igual al del último trimestre de 2007, se ubicó muy por debajo del 4,9 por ciento que se registró en el tercer trimestre de ese año.

"El crecimiento en el PBI real en el primer trimestre en principio reflejó contribuciones positivas de consumo personas en servicios, inversión en inventarios privados, exportaciones de bienes y servicios, gasto público, que fueron contrariados por las contribuciones negativas de inversión residencial fija y bienes durables", indicó el informe.

En tanto, "las importaciones, que son una sustracción en el cálculo del PBI, se incrementaron", agregó.

La situación inmobiliaria empeoró en el primer trimestre, con niveles récord de ejecuciones hipotecarias y un ascenso de viviendas sin vender en el mercado.

Asimismo, los constructores recortaron los gastos previstos en proyectos habitacionales en un 26,7 por ciento, el mayor nivel en 27 años.

Los consumidores, cuyo gasto es vital para la economía del país, se volvieron más cautos, con un consumo que creció sólo 1 por ciento en el primer trimestre, el menor ritmo desde el segundo trimestre de 2001, cuando los Estados Unidos atravesaron la última recesión.

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