Bastó con presenciar el entrenamiento brasileño, a puertas abiertas para la gente, para darse cuenta de cómo se vivirá el partido, porque el día anterior al clásico sudamericano los "torcedores" se acercaron en gran número, casi 30 mil personas, para alentar a su seleccionado.

Seguramente por su condición de visitante, no pasa lo mismo con la Selección Argentina, porque no se vendieron muchas localidades en el país y tampoco se ven muchas camisetas "albicelestes" en Belo Horizonte como para esperar un gran número de simpatizantes alentando al conjunto dirigido por Alfio Basile.

En lo que respecta a la seguridad, también se pudo ver que las autoridades de la ciudad son muy cuidadosas. En el traslado de la delegación "verdeamarella" desde Ciudade Do Galo -donde concentran- hasta la práctica en el Mineirao fue custodiado por cinco camionetas de la Policía Militar y una decena de motos, que en el camino cortaron las calles para que el micro llegue más rápido a destino, incluso pasando semáforos en rojo.

Algo similar sucedió con el traslado del seleccionado argentino entre el aeropuerto y el hotel, donde un centenar de policías custodiaron al equipo de Basile durante toda la noche.

Todo indica que eso será igual horas antes del partido, tanto para Brasil como para Argentina, porque así como el seleccionado local recibió el afecto de su gente en las calles también los argentinos podrían sentir el rigor por ser visitantes, sobre todo desde la salida del Hotel Ouro Minas hasta el escenario donde esta noche se jugará el partido.

Asimismo, este encuentro por la sexta fecha de las eliminatorias sudamericanas, tendrá algunos condimentos extras, más allá de lo que significa el clásico sudamericano en sí mismo, porque habrá una gran fiesta en el entretiempo.

Los brasileños montarán un escenario para un mini recital de dos de las bandas más importantes de Belo Horizonte, algo que se llevará a cabo en el entretiempo del partido. Se trata de Skank y Jota Quest, que harán música ska y pop del

rock brasileño, para de ese modo darle más color a una noche que promete mucha tensión en el campo de juego por las necesidades de ambos equipos.

Además se inaugurarán dos pantallas gigantes en el estadio, que indicarán las estadísticas del clásico enfrentamiento y seguramente enfocarán a los espectadores en la previa, durante el entretiempo y después del cotejo.

Algunos dicen en Brasil que con el show y "chiches" nuevos en el Mineirao, lo que se busca en Belo Horizonte es desviar la atención de la "Torcida" ante el mal momento que pasa el conjunto dirigido por Dunga.