"He vuelto a Bolivia a pedido de la secretaria del Departamento de Estado (Condoleezza Rice) para hablar con el gobierno (boliviano) sobre los problemas y asuntos que se tienen en este momento", dijo el diplomático estadounidense a su arribó al aeropuerto internacional de El Alto.

Agregó que "tenemos muchos problemas, muchos asuntos que necesitamos conversar y prefiero no declarar exactamente sobre el futuro de ciertos programas en este momento", dijo Goldberg al ser consultado sobre el veto estadounidense a que Bolivia acceda a más de 650 millones de dólares del Desafío del Milenio.

El diplomático manifestó, citado por la Agencia Boliviana de Información (ABI) que se referirá a estos y a otros temas, luego de que se haya reunido con el gobierno del presidente Evo Morales.

Asimismo, Goldberg manifestó que por parte de Washington hay el "deseo de mejorar las relaciones" con Bolivia, pero esto, dijo, requiere de "la voluntad de las dos partes y del respeto mutuo".

Por su parte, el ministro Rada dijo que espera que el jefe de la misión estadounidense "no esté volviendo a Bolivia para hacer activismo político, sino que cumpla su rol diplomático, como corresponde a su rango, y no un papel de unificador de la oposición".

"Me sorprende que en vísperas del retorno de Goldberg se produzcan reuniones en un hotel de La Paz entre el opositor prefecto (gobernador) de Beni, Ernesto Suárez, con funcionarios de la Embajada de Estados Unidos, que luego se encontraron con (el empresario y político de centroderecha) Samuel Doria Medina", denunció el ministro, citado por el diario digital Erbol.

Agregó que espera que "Goldberg no esté volviendo para unificar a la oposición de cara al revocatorio, sabemos que la oposición está divida en torno al revocatorio, yo espero que no venga a unificar, a hacer de articulador político de la oposición".

Las relaciones entre La Paz y Washington pasan por un momento de fuertes tensiones después de una masiva protesta de habitantes de El Alto sobre la embajada estadounidense, en repudio a la decisión de la Casa Blanca de dar asilo político al ex ministro de Defensa, Carlos Sánchez de Berzaín, acusado de genocidio y prófugo de la justicia boliviana.

Posteriormente enervó más las relaciones entre ambos países la expulsión de miembros de la Agencia Estadounidense de Cooperación para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) del trópico de Cochabamba.

El 16 de junio, Goldberg fue convocado por su gobierno para que explique sobre las agresiones que sufrió la embajada norteamericana en La Paz.

El presidente Morales aseguró en varias ocasiones que Washington intenta desestabilizar a su gobierno apoyando a sectores de la oposición que quieren obtener la autonomía de varios de los departamentos (provincias) del país.