A lo largo de más de cien días de conflicto, los sectores ruralistas supieron desarrollar una logística envidiable. El derrotero del alquiler de la publicitada “carpa verde”, reconstruido por PáginaI12, muestra cómo se mueven contactos y relaciones detrás de las caras del “campo”. El vicepresidente de Recrear-Pro de Entre Ríos y candidato a senador en las últimas elecciones nacionales, Nicolás Mattiauda, fue el encargado de rentar la carpa a la empresa Baravalle hermanos e hijos. El contacto para que le hicieran precio por la semana en la que compartieron el campamento frente al Congreso lo hizo un asesor de Esteban Bullrich, diputado nacional de Pro-Recrear y hasta hace poco ministro de Desarrollo Social de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires. Ignacio Maquieyra es el joven asesor de Bullrich que se ocupó de contactar a la empresa de San Martín que organiza eventos.

–¿Por qué te ocupaste vos de alquilar la “carpa verde”? –le preguntó este diario.

–La persona que la alquiló es Nicolás Mattiauda. Yo hice el contacto, la factura está a nombre de Nicolás. El me había pedido desde Gualeguaychú si podía hacerle la gestión. Yo tengo algunos conocidos y conseguimos que nos hagan precio.

–¿Cuánto les costó?

–La semana 1500 pesos, un superprecio. Yo conocía a la gente de Baravalle.

Mattiauda es un ingeniero en zootecnia, posgraduado en Italia, que se convirtió en la mano derecha de Alfredo De Angeli, desde que el chacarero irrumpió como líder mediático contra las retenciones móviles. Vecino de Gualeguaychú, en los últimos cien días supo combinar sus actividades militantes en las huestes de Recrear-PRO con los reclamos ruralistas: ofició de chofer de De Angeli trasladando al titular de la Federación Agraria de Entre Ríos en su campaña por los distintos piquetes.

Bullrich fue candidato a vicepresidente de Ricardo López Murphy en las elecciones de octubre. El papelón electoral desató una crisis en Recrear: el ex ministro de Economía de la Alianza renunció al partido denunciando fraude en los comicios internos y Bullrich quedó como titular nacional del partido al tiempo que consolidó su vínculo con el macrismo. Esa relación lo catapultó como ministro a término del gabinete porteño hasta la asunción de María Eugenia Vidal en Desarrollo Social. Hace poco retomó su trabajo como diputado nacional, a tiempo para renovar su militancia en favor de los ruralistas.

–¿Cuál es su relación con Ignacio Maquieyra? –le preguntó PáginaI12 a Bullrich.

–Trabaja conmigo en el bloque PRO.

–¿El alquiló la “carpa verde”?

–Me parece muy extraño. Tiene 21 años. Nosotros tenemos mucho diálogo con la gente del campo: Nicolás Mattiauda es el vicepresidente de Recrear Entre Ríos. Se me ocurre que Ignacio haya hecho el trámite acá por esa relación, pero seguro que no la alquiló él.

–¿Qué hace Maquieyra en Diputados?

–Es estudiante de Ciencia Política, es asesor mío.

Otro de los activos jóvenes pro campo que hizo escuela mientras duró el fervor en la “carpa verde” fue Juan Manuel “Pancho” de Santiago, hijo del presidente de la Sociedad Rural de Santiago del Estero.

Los ruralistas fueron los primeros en anunciar la instalación de una carpa frente al Congreso y en gestionar la autorización ante el gobierno porteño. El kirchnerismo los primereó y a partir de ese momento se entabló una polémica mediática por el derecho a plantar estacas sin el debido permiso comunal. Los ruralistas tenían “contactos” para asegurarse el trámite y consiguieron el permiso. Sin embargo, un fallo del juez Roberto Gallardo dio por tierra con los reparos macristas y les señaló que no habían tenido la misma urgencia para desalojar las calles porteñas cortadas por las protestas pro ruralistas de los caceroleros. Los hombres de Macri apelaron la medida, pero el campamento sigue en pie con nuevos actores en escena.

El verborrágico De Angeli no fue claro al explicar el motivo del levantamiento de la “carpa verde”. En principio, el alquiler había sido por una semana, pero era evidente que el debate legislativo se prolongaría. “Por tres días, una carpa de ocho por ocho, la alquilamos a unos 1200 pesos. Con el campo hubo otro trato... Había solidaridad. La carpa era de doce metros por ocho y les salió unos 1500 pesos”, le explicaron a este diario en Baravalle Hermanos e Hijos.

Los ruralistas que reclaman por no resignar ganancias aprovecharon los contactos PRO para negociar precio. Los piqueteros de Raúl Castells que usaron la estructura metálica de la “carpa verde” parecen no haber tenido la misma suerte. Castells dijo ayer que pagan 2500 pesos por semana por su toldo.