La violencia en la región del Valle de Swat, limítrofe con Afganistán y bastión de la insurgencia talibán en ambos lados de la frontera, ha crecido desde la renuncia del presidente Pervez Musharraf -aliado de Estados Unidos- el martes.

En tanto, el ex primer ministro y actual líder de una parte de la oposición, Nawaz Sharif, dio hoy plazo a la coalición parlamentaria oficialista hasta el lunes para reintegrar en sus puestos a los jueces removidos por Musharraf, de lo contrario su

partido, el la Liga Musulmana Paquistaní-N, dejaría el gobierno. En cuanto a la violencia de la jornada, al menos 35 milicianos y cuatro militares murieron en enfrentamientos, después de que dos atentados suicidas acabasen con la vida de al menos ocho agentes y dos civiles, y tres militares falleciesen en una emboscada, indicó la agencia de noticias española Europa Press.

El ataque fue reivindicado por el grupo Tahreek Taliban, que también se atribuyó atentados similares ayer, en una fábrica de municiones cercana a Islamabad, y el jueves, en un hospital de Peshawar.