Las principales bolsas europeas abrieron con ligeras alzas, pero sobre las 10H30 GMT Londres bajaba 0,11%, París 0,29% y Madrid operaba 0,13%. La única excepción era el Dax de Fráncfort que subía 1,08% a pesar de los resultados catastróficos anunciados por el banco Hypo Real Estate.

La situación en Europa no parecía alentadora, con el anuncio de los primeros resultados negativos en la historia del grupo financiero holandés ING o la disminución de ingresos del banco más importante de Italia Unicredit.

Las bolsas rusas eran las más pesimistas, con una caída en picado de 6,90% del índice RTS a las 09H35 GMT.

Mientras tanto, plazas asiáticas operaron con escepticismo, con una tendencia generalizada a la baja, a excepción de Shanghai, cuyo +0,84% denota un vestigio del opimismo suscitado por el plan de reactivación anunciado por China esta semana, de acuerdo con analistas.

La Bolsa de Tokio terminó la sesión con una baja de 1,29% y Singapur 1,27%. Sídney perdió 0,85%, Nueva Zelanda 0,98%, Seúl 0,43% y Taipei 0,50%.

Hong Kong registró una caída moderada de 0,7% tras haber perdido casi 2% durante la sesión. Bombay perdía por la tarde 3,08%.

Las bolsas del Golfo seguían registrando pérdidas el miércoles, por cuarto día consecutivo.

El temor de que el gigante automovilístico norteamericano General Motors se acabe hundiendo como el Titanic y el cataclismo que esto podría provocar en la economía mundial estuvo palpable en el ánimo de los inversores asiáticos, preocupados también por el consumo en Estados Unidos de cara a las fiestas de finales de año.

"La economía mundial sigue débil a causa de los problemas en Estados Unidos", comentó Hiroshi Nishi, corredor de Nikko Cordial en Tokio. Según él, los inversores "se debaten entre el pesimismo y la esperanza de las nuevas medidas de reactivación" en Estados Unidos y en el mundo.

En la Bolsa de Nueva York, el índice Dow Jones terminó el martes con una baja de 1,99%, al reducir sus pérdidas tras el anuncio de Washington de un plan para ayudar a los propietarios que no puedan pagar las hipotecas de sus casas.

Estas medidas pretenden impedir el embargo de viviendas por la modificación de los plazos de las hipotecas inmobiliarias. Este dispositivo podría aplicarse a una gran parte de los 7,3 millones de hogares que corren el riesgo de no poder devolver su préstamo entre 2008 y 2010.