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Riquelme, que contra lo esperado jugó todo el partido, mostró un buen nivel, fue tomando ritmo y confianza con el transcurrir de los minutos, y dejó en claro su influencia en el equipo, a pesar del penal que le contuvo Cristian Campestrini.

De todas maneras el jugador más determinante de Boca fue Cristian Chávez, con un primer tiempo estupendo, en el que se desdobló en funciones de contención y creación, fue gestor de un gol y autor de otro.

Habían transcurrido 6 minutos sin que pasara nada, cuando Arsenal armó un ataque profundo. Hubo un rebote, Pellerano jugó el balón para Leguizamón, quien tocó hacia atrás y Matos, llegando de frente, fusiló a Abbondanzieri con un zurdazo alto.

Boca trató de tomar la iniciativa con una mayor participación de Riquelme y sobre los 11 minutos dispuso de la oportunidad para llegar al empate, cuando Diego Abal sancionó como penal un roce entre Matellán y Figueroa. El remate de Riquelme, sin potencia, lo contuvo Campestrini tirándose sobre su derecha.

Boca siguió jugando metido en campo rival, pero tenía muchos problemas cuando Arsenal conseguía llevar la pelota hasta la cercanía del área de Abbondanzieri.

Sin embargo, el equipo local empezó a mejorar en la medida que creció la figura de Chávez, quien fue tomando protagonismo y se hizo conductor.

A los 24, precisamente Chávez recibió de Gracián y colocó un gran pase para la llegada de Figueroa en diagonal desde la derecha. El rosarino aprovechó que la defensa de Arsenal estaba muy abierta y con zurdazo bien colocado estableció el empate.

En los últimos 20 minutos la mejoría de Boca se hizo más notoria, al tiempo que arsenal tenía cada vez más problemas para recuperar el balón.

El gol de diferencia, que correspondía, llegó en el minuto 41, en una jugada que comenzó Chávez abriendo para Mouche. El delantero avanzó por izquierda, envió el centro al corazón del área, para la llegada del propio Chávez, quien remató a la carrera y superó a Campestrini.

La parte final fue de amplio dominio de Boca, que dispuso por lo menos de media docena de ocasiones como para estirar la diferencia y si no lo logró, fue tanto por sus imperfecciones para definir, como por el buen trabajo de Campestrini, el mejor jugador del equipo de Sarandí.

El arquero se lució a los 11 minutos en un mano a mano con Mouche; a los 20 ante un remate de Gracián, y a los 26 con lo que hubiera sido un golazo de Riquelme.

Arsenal apenas se asomó al área rival, a los 17 minutos, cuando Matos cabeceó desviado un centro de Yacuzzi, poniendo en evidencia una vez más, que la última línea de Boca otorgó más ventajas de las admisibles.