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En la segunda jornada de un juicio realizado en tiempo récord, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de San Isidro determinó la culpabilidad de Néstor Luque y Débora Acuña, ambos de 29 años por el "homicidio calificado" de Garrido.

Asimismo, los jueces Mario Kohan, Raúl Neu y Ariel Introzzi Truglia dispusieron un cuarto intermedio hasta el martes de la semana que viene, a las 14, cuando darán a conocer la pena para los acusados.

En la jornada de hoy también se escucharon los alegatos de las partes, entre ellos el del fiscal del juicio Eduardo Vaiani y del abogado Marcelo Rochetti, en representación de Marta Barberis, viuda de Garrido, quienes solicitaron la pena de "prisión perpetua" para los imputados que ayer habían reconocido haber baleado al policía, aunque sostuvieron que fue en un forcejeo y no tuvieron la intención de matar.

Vaiani pidió condenar a la pareja por "homicidio criminis causa" (para ocultar otro delito), consideró como agravante que la víctima era integrante de una fuerza de seguridad. Al mismo tiempo solicitó que se les aplicaran los delitos de "robo calificado y portación ilegal de armas de guerra y de uso civil" y que se considerara reincidente a Luque, ya que dos semanas antes del crimen había salido en libertad condicional, en el marco de una causa por robo.

En su alegato, Rochetti coincidió con el pedido del fiscal para los acusados, a quienes describió como "un matrimonio criminal que tenía como medio de vida el delito".

El defensor oficial de Luque, Carlos Aguirre, solicitó la absolución o que en caso de ser condenado se le aplique la figura de "tentativa de homicidio en ocasión de robo".

En tanto, el defensor oficial de Acuña también pidió la absolución para su patrocinada, o de ser condenada se le imponga "homicidio en ocasión de robo".

Luque fue quien le efectuó los primeros dos disparos a Garrido en la zona abdominal y su esposa lo remató de otros dos tiros con la propia arma del policía cuando éste estaba arrodillado.

Al declarar en el juicio, ambos sostuvieron que no quisieron asesinar a Garrido sino que los disparos se produjeron durante un forcejeo, algo que fue desacreditado por los peritos, que en sus testimonios de hoy dijeron que tiraron a matar.

Al igual que ayer, el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, presenció el debate y dijo que "hay elementos suficientes" para que los acusados sean condenados a perpetua.

Por su parte, Barberis señaló en relación con Acuña que "esa mujer no existe, no tendría que haber nacido".

Garrido, de 61 años, fue asesinado el 17 de febrero último cuando recorría la zona comercial de San Isidro y advirtió una situación sospechosa en un negocio de ropa "Kevingston" de Chacabuco 361, a la vuelta de los tribunales.

Garrido vio que las dos empleadas no estaban y lo atendió Acuña, que se encontraba embarazada. El policía sospechó y fue hasta el fondo del negocio, de donde salió Luque, que le efectuó dos disparos con un revólver calibre 32 a la altura del vientre.

El policía cayó, y mientras estaba arrodillado la mujer le quitó su arma y lo remató de dos balazos.

Los investigadores ubicaron a la pareja por un llavero con la foto de su hijo de 5 años y un boleto de colectivos de un viaje desde Pablo Podestá hasta San Isidro de esa misma mañana, que se les habían caído a los acusados.

Los policías recorrieron jardines de infantes de la zona de Podestá hasta que el chico fue identificado y fueron en busca de sus progenitores, detenidos finalmente en su casa.

El crimen de Garrido -ascendido post-mortem de subteniente a capitán- provocó conmoción en San Isidro, no sólo por las características del crimen, sino por las cualidades humanas del policía que tenía 30 años de servicio, cumpliendo tareas en el centro comercial de ese partido. El policía había pedido continuar en actividad pese a que tenía edad para jubilarse.