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El canciller iraní, Manouchehr Mottaki, no aclaró cuándo empezarán los procedimientos ni cuáles serán los cargos, y sólo señaló que los tres norteamericanos tenían "fines sospechosos". El mes pasado, sin embargo, otros funcionarios iraníes acusaron a los estadounidenses de "espionaje".

En Washington, la secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que la decisión de Irán era "totalmente infundada" y volvió a urgir a las autoridades iraníes a liberarlos. "No hay fundamentos para esto. Los tres jóvenes que fueron detenidos por los iraníes no tienen ninguna vinculación en absoluto con ningún tipo de acción contra el estado o gobierno iraní", declaró Clinton.

"En realidad, estaban haciendo senderismo cuando desafortunadamente, aparentemente, según se alega, traspasaron una frontera no demarcada. Apelamos al liderazgo iraní a liberar a estos tres jóvenes lo más pronto posible", agregó.

En Estados Unidos existe temor de que Irán utilice el caso para sacar provecho en las discusiones por su programa atómico o para presionar a Washington por varios iraníes que, según Teherán, están detenidos secretamente en suelo norteamericano.

Los familiares de los 3 detenidos y el propio gobierno estadounidense afirman que los tres eran turistas que se extraviaron durante una excursión a pie en el norte de Irak y cruzaron accidentalmente la frontera con Irán, donde fueron arrestados el 31 de julio.