19:26 › ATRAPADO SIN SALIDA

El Parlamento griego aprobó el plan de ajuste y continúan las protestas

La medida era el requisito planteado por el FMI y los países de la eurozona para la entrega del paquete de ayuda de 110.000 millones de euros. Ayer, tres personas murieron por el incendio causado por un cóctel molotov dentro del banco Marfin-Ergnatia en la manifestación en el centro de Atenas contra el plan del gobierno de Giorgios Papandreu, quien defendió el ajuste advirtiendo que la alternativa es "el FMI o la bancarrota".

El proyecto de ley tiene como misión aplicar medidas contundentes para consolidar el presupuesto, incluido un recorte del déficit público del 13,6 por ciento actual del Producto Interior Bruto (PIB) a menos del 3 por ciento hasta 2012.

El llamado plan de austeridad ha sido aprobado por 172 votos a favor, 121 en contra y 3 abstenciones en el Parlamento griego. De esta manera, pensiones, salarios de funcionarios y otros beneficios sociales se verán recortados y los impuestos subirán. Esto ha originado malestar entre la población, que ha quedado patente cuando los manifestantes han cercado la sede del Parlamento.

La Policía ha dispersado a los manifestantes lo que ha originado incidentes violentos. Las protestas sociales en Grecia continúan y se produce la cuarta huelga general desde febrero. Tras la manifestación con 50.000 asistentes de ayer en el centro de Atenas, los sindicatos han anunciado nuevas manifestaciones que coincidan con el debate en la Cámara baja del impopular paquete de medidas acordado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para rescatar la economía griega.

En tanto, tras la muertes de tres empleados bancarios ayer en las manifestaciones, decenas de personas se congregaron en las puertas del banco Marfin-Ergnatia en el centro de Atenas para recordar a las víctimas.

Consternación y miedo en Grecia tras grave agudización de la crisis. "Es horrible: ante mis ojos pasa siempre la foto de la mujer en el pequeño balcón, completamente manchada de humo yaciendo muerta en el suelo", comentaba esta mañana una mujer.

La televisión y los blogs de Internet mostraban hoy una foto de una de las víctimas, que el día anterior había muerto en el banco Marfin Egnatia por el incendio. La mujer al parecer consiguió alcanzar el pequeño balcón para respirar a pesar del asfixiante humo. Pero ya era demasiado tarde.

Murió por una intoxicación. El forense Filippos Koutsaftis dijo a la prensa que el miedo a la muerte se podía ver "claramente y de forma dramática" por las posiciones de los tres cadávares. Delante de la filial banacaria se congregaron durante la noche y la mañana de hoy decenas de personas que depositaron flores sobre el suelo y prendieron velas.

Todos los diarios griegos publican hoy imágenes de los parientes consternados y disgustados de las víctimas inocentes: una mujer embarazada de 32 años, un hombre de 36 y otra mujer de 35 años. Los tres eran empleados del banco Marfin Ergnatia en el centro de Atenas.

"Asesinato a sagre fría", titulaba hoy el diario conservador "Adesmeftos". El también conservador "Eleftheros Typos" culpó a la policía "de haber dejado Atenas a los asesinos".

Gobierno y policía prometieron llevar a la justicia a los responsables. Los testigos indicaron que se trató de un "ataque organizado".

Un grupo de vándalos se apartó de la pacífica manifestación, que reunió a más de 100.000 personas. Uno de ellos rompió con un martillo la vitrina del banco, según se ve en las videocámaras de vigilancia y se desprende de los testimonios, informan hoy medios griegos. "De momento se desconoce si los expertos podrán identificar a los alborotadores", apuntaban de forma coincidente los medios griegos.

Toda la sociedad griega parece estar perpleja. Minutos después de que se informara la muerte de los tres empleados de banca completamente inocentes, imperaba una calma espectral en Atenas.

"Es como si una sociedad soñadora y despreocupada se hubiese despertado de repente. Es como si hubiésemos madurado y sacar conclusiones de ello", dijo un jubilado en la localidad de Moschato, en la periferia de Atenas.

"La sociedad griega ha permitido durante demasiado tiempo a los cerca de hasta dos mil radicales de izquierda. Continuamente juegan al gato y el ratón con la policía. Ahora estamos pagando el precio y puede abocar el país al caos", agregó el pensionista.

"¿Y qué va a pasar ahora?", se preguntaba esta mañana la gente en voz baja mientras conversaba en el suburbano. "¿Qué va a pasar con la ayuda? ¿Qué ha entendido la gente que nos quiere ayudar en el extranjero y qué conclusiones va a sacar?", han estado preguntando durante la noche algunas personas preocupadas a los periodistas extranjeros.

Unos pocos centenares de vándalos consiguieron transformar en un caos sin igual una manifestación que discurría de forma completamente pacífica. "Crímenes a espaldas del pueblo griego", titulaba el diario sensacionalista "Ethnos".

Ya el miércoles, el presidente del país, Karolos Papulis, no utilizó eufemismos para definir la situación: "Ante el precipicio". Así se manifestó en el dramático llamamiento que hizo a sus conciudadados a los que pidió responsabilidad.

"La historia nos juzgará de forma severa", añadió a la vez que expresaba la esperanza de que los griegos no "den el último paso hacia el abismo". "Grecia petrificada: La hora cero del gobierno, los políticos y la sociedad", titulaba el diario "To Vima", próximo al ejecutivo de Atenas.

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Familiares de las víctimas de los incidentes dejaron flores y velas en las puertas del banco en la capital griega.
 
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