Lunes, 14 de febrero de 2011 | Hoy
13:31 › UNA NUEVA CRUZADA CONTRA LOS SIN PAPELES
Luego de que más de 5000 personas provenientes de Túnez llegaran en cinco días a la isla italiana de Lampedusa, el gobierno de Silvio Berlusconi llamó ayer a frenar la inmigración desde ese país y propuso desplegar policías italianos en suelo tunecino, algo que fue rechazado tajantemente por el país africano. Hoy el gobierno francés expresó que "no puede haber tolerancia para la inmigración clandestina".
El portavoz del gobierno tunecino, Taieb Baccouche, consideró ayer "inaceptable" este domingo en Al-Arabiya la idea de Italia de enviar policías italianos a Túnez para contener la multitudinaria inmigración clandestina de ciudadanos de ese país.
"El pueblo tunecino rechaza el despliegue de soldados extranjeros en su territorio", respondió Baccouche al ministro del interior italiano Roberto Maroni, y agregó a la cadena de televisión Al-Arabiya que el control del litoral tunecino "compete a las autoridades tunecinas". Lamentó las declaraciones de Maroni, y agregó que no le sorprenden pues son de un ministro perteneciente a la "extrema derecha racista".
"El sistema tunecino está a punto de derrumbarse", había dicho Maroni, miembro del partido anti-inmigrantes y populista la Liga del Norte, al noticiero televisivo TG5. "Pediré al ministro tunecino de Relaciones exteriores la autorización para que nuestras fuerzas puedan intervenir en Túnez para bloquear los flujos", afirmó. Además, solicitó "una convocatoria urgente" del Consejo Europeo para "lograr una estrategia" en la lucha contra la inmigración en el Mediterráneo.
En tanto, Francia se sumó hoy a Italia y afirmó que no tolerará la inmigración clandestina tunecina, aunque deja la puerta abierta a solicitudes individuales de asilo, aseguró el ministro francés de Industria, Eric Besson.
"No puede haber tolerancia para la inmigración clandestina", dijo el ministro en una emisión de "Canal +", donde precisó que sí es posible, no obstante, que "algunos puedan tener derecho al asilo". No se trata, agregó el ministro, de una "decisión colectiva" sino que habrá que analizar "caso por caso la situación personal" de los afectados.
Cerca de 5000 emigrantes ilegales, en su mayoría tunecinos, llegaron a la isla italiana de Lampedusa en los últimos días, lo que motivó un viaje a Túnez de la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton.
Desde el Ministerio francés de Exteriores se subrayó que Francia reafirma su "plena solidaridad con Italia", país con el que mantiene "regularmente contactos" en materia de inmigración. "La lucha contra la inmigración irregular constituye una prioridad que el Gobierno francés comparte con el italiano", agregó la diplomacia gala, que aprovechó para pedir un "refuerzo operacional de la agencia Frontex y un desarrollo de la cooperación con los países de origen y de tránsito".
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