19:19 › DESPUéS DE ATACAR CON BOMBAS A LOS MANIFESTANTES

Khadafi sostiene la represión como única respuesta

En medio de las revueltas populares que reclaman el fin de su mandato, Muammar Al Khadafi advirtió que "moriré como mártir", durante un discurso televisivo. Se proclamó "jefe de la revolución" e indicó que los manifestantes y los medios de comunicación son "traidores" que desean ensuciar su gobierno. Acusó al imperialismo de querer apropiarse del petróleo de su país y amenazó que no habrá perdón hacia los opositores. Ayer, decenas de personas murieron, luego del ataque lanzado por las fuerzas leales al dictador contra los manifestantes. Desde París, la Federación Internacional por los Derechos Humanos afirmó que entre 300 y 400 personas fueron víctimas de la represión durante los ocho días de protesta. Tras el discurso oficial, se denunciaron nuevos ataques de la aviación sobre la capital. El ministro del Interior, Abdel Fatah Younes, anunció su dimisión y su adhesión a la denominada "Revolución del 17 de febrero", que reclama la renuncia del presidente. Khadafi lo había dado por muerto en su discurso.

"No soy un presidente que pueda dimitir. Moriré como mártir, como mi abuelo", dijo el líder de Libia en un discurso televisivo desde delante de un edificio bombardeado en 1986 por Estados Unidos. "Muammar el Khadafi no es un presidente, es el líder de la revolución", agregó.

"Traidores ensucian la imagen de su país delante de todo el mundo", dijo Khadafi. El líder libio acusó a un pequeño grupo de jóvenes de atacar "como las ratas" las comisarias policiales. Esa gente está "enferma", añadió.

"Medios de comunicaciónn retrógrados y traidores intentan tergiversar (lo ocurrido)", apuntó. Khadafi arengó además a la población: "La revolución significa el sacrificio continuo hasta el final".

Entre los culpables que señaló Khadafi por la situación de Libia estuvo presente la oposición en el exilio por haber instigado la ola de protestas y afirmó que personas que están en otros países, como Túnez, dieron drogas y armas a jóvenes libios para sembrar el caos.

Los manifestantes quieren hacer del país un emirato islámico conducido por Osama Bin Laden y dar, así, "un pretexto a Estados Unidos para intervenir", vaticinó el líder libio.

Y para terminar con el análisis, señaló que quienes se manifiestan "son unos alucinados, (...) una minoría terrorista" y subrayó que quienes se levantaron contra su autoridad volverán arrepentidos a pedir perdón. Y les advirtió que no habrá indulgencia y serán sometidos a la pena capital.

El líder libio se presentó por televisión con sus habituales anteojos oscuros, turbante color camello y casaca al tono, en medio de las ruinas de su casa, transformada en una especie de monumento nacional, desde cuando fue atacado por los Estados Unidos.

Tras el discurso, el ministro del Interior anunció su dimisión y su adhesión a la denominada "revolución del 17 de febrero", informó la cadena de televisión Al Jazzera. El canal emitió un video amateur que mostraba a Abidi sentado en su escritorio leyendo un comunicado en el que también instó al Ejército libio a unirse al pueblo y sus "demandas legítimas".

Se trata de uno de los oficiales que formó parte del golpe de estado del 69 y uno de los amigos íntimos de Kaddafi. En el discurso emitido por televisión, Kaddafi dio hoy por muerto a su ministro del Interior y lo atribuyó a los manifestantes.

Anoche, la cadena de noticias árabe Al Jazira dijo que tan solo ayer unas 250 personas murieron en varios bombardeos de aviones de la Fuerza Aérea libia contra manifestantes en Trípoli.

El activista Mohammed Ali, del Frente de Salvación Libio, y residentes de la capital de Libia contactados por teléfono dijeron que la gente permanecía esta mañana encerrada en sus casas luego de la "masacre" y las advertencias de las fuerzas leales a Khadafi de que se abrirá fuego contra cualquiera que salga a la calle.

Ali, quien se encuentra en Dubai, y los habitantes de Trípoli dijeron que las fuerzas de seguridad dispararon contra ambulancias, y que muchos manifestantes fueron dejados tirados en la calle hasta morir desangrados, informaron las cadenas de noticias CNN y BBC.

La presencia de la prensa occidental está severamente restringida en Libia, y las cadenas dijeron que no podían confirmar la información con fuentes independientes.

Khadafi vivió ayer uno de sus días más difíciles en sus mas de 40 años en el poder, con la defección de diplomáticos en el extranjero, de un ministro y de dos coroneles de la Fuerza Aérea, en medio de protestas en Trípoli que terminaron con el incendio del principal edificio de gobierno, comisarías, viviendas y autos.

El mandatario más longevo del mundo árabe, de 68 años, hizo anoche una breve aparición en la televisión estatal en la que negó "rumores malévolos" de que había huido a Venezuela y dijo que habría ido a la plaza Verde de Trípoli a manifestarse con sus seguidores si no hubiese sido por que llovía.

Las protestas empezaron hace ocho días en el este del país, y los manifestantes controlan desde ayer unas nueve ciudades en esa parte de Libia, entre ellas la segunda más importante, Bengasi.

La cadena de noticias BBC citó hoy a un doctor de Bengasi que dijo que los opositores controlan efectivamente la ciudad y que formaron un comité para gobernarla.

Ante el caos, empresas internacionales comenzaron a retirar ayer a su personal de Libia y varios gobiernos occidentales empezaron a poner en marcha operativos de evacuación de sus ciudadanos.

El gobierno de Italia despachó hoy un avión de la Fuerza Aérea con destino a Bengazi para repatriar a unos 100 italianos.

El Consejo de Seguridad de la ONU y la Liga Árabe tienen previsto celebrar hoy reuniones de urgencia por la crisis en Libia.

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El ministro del Interior que anunció su renuncia formó parte del golpe de estado de 1969, que llevó a khadafi al poder, y uno de los amigos íntimos del líder libio. En su comunicado de renuncia instó al Ejército libio a unirse al pueblo y sus "demandas legítimas".

 
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