Viernes, 20 de mayo de 2011 | Hoy
20:00 › PARA BRASILIA LO IMPORTANTE ES "LA DEMOCRATIZACIóN DEL FONDO"
Mientras el Consejo Ejecutivo del FMI se reúne por primera vez para abordar la sucesión de DSK, acusado de abuso sexual y con libertad bajo fianza en Nueva York, la canciller alemana, Angela Merkel, elogió a la ministra de Finanzas gala, Christine Lagarde, quien ya cuenta con el respaldo de Italia, Finlandia y la propia Comisión Europea. Antes del cónclave, la sorpresa la dio Brasil, que se mostró dispuesto a que un europeo ocupe la dirección del Fondo, luego de haber reclamado el lugar para un repesentante de los países en desarrollo.
En una carta enviada hace dos días a sus pares del G20, el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, había defendido la tesis de que el próximo jefe del FMI no debería ser necesariamente un europeo. Sin embargo, en una entrevista publicada en un diario de San Pablo admitió que "puede haber buenos candidatos, ya sea en países emergentes o avanzados, incluso en la Unión Europea. Lo importante es que el nuevo director del FMI siga las reformas que realizaba Strauss-Kahn, de democratización del Fondo".
Merkel aseguró en Berlín que valora mucho a la ministra francesa desde hace tiempo. Sin embargo, recalcó que esa afirmación no es ningún anuncio de la candidatura oficial de Lagarde. Como ya vino haciendo durante toda la semana, la líder democristiana insistió en que el cargo debe ocuparlo un europeo porque “hay razones suficientes" para ello. No explicó cuáles. Aunque se sabe que se trata de un acuerdo implícito entre Europa y Estados Unidos para que cada decida sobre los destinos de quien esté al frente del FMI y el Banco Mundial, respectivamente.
Por su parte, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, instó a los países miembros de la UE a consensuar un "candidato europeo" con urgencia para sustituir a Strauss-Kahn. "Y si queremos proponer con éxito” un candidato del viejo continente, “tenemos que tener un candidato común", enfatizó el funcionario quien, además, aclaró que "Alemania no renuncia a su propio candidato, pero está comprometida con un candidato europeo".
Desde ya que Francia apoya la candidatura de su ciudadana. Y aunque el propio Nicolás Sarkozy no se pronunció sobre el tema, varios de los ministros de su gabinete lo hicieron. Sobre todo el de Transporte, Thierry Mariani, quien reconoció que su par de Finanzas “es una buena candidata” para ocupar la cabecera del Fondo.
Sin embargo, quien se opuso a esta posibilidad fue la presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, quien crece en las encuestas de intención de votos en ese país. Ella fue más allá: pidió directamente la supresión del FMI, calificándolo como una “máquina infernal al servicio de la ideología ultraliberal". Y aún más: "Viejas entidades como la Organización Mundial de Comercio, el Banco Mundial y el FMI han caducado", enfatizó.
Por primera vez Chile dio a conocer su postura e hizo loby para sí. El gobierno de Sebastían Piñera es partidario de que "se considere seriamente" que el sucesor sea "un hombre o mujer del mundo en desarrollo, del mundo emergente”, dijo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín. Y promovió la candidatura del ex ministro de Finanzas y ex canciller chileno Alejandro Foxley, quien “reúne todas las condiciones” para acceder a la dirección del organismo.
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