Garré, quien brindó una conferencia de prensa junto con el secretario de Transporte, Juan Carlos Schiavi, afirmó que el juez federal de San Martín, Juan Manuel Yalj, consideró “configurada la asociación ilícita” para producir los incidentes. De acuerdo con el fallo judicial "el sabotaje de las vías provocó los descarrilamientos", que fueron "cuidadosamente planeados con anterioridad".

En la madrugada del 2 de mayo de este año se había producido un descarrilamiento de una formación de TBA a la altura de la estación de Flores, por lo cual se suspendió el servicio entre Liniers y Once. Luego, en Ciudadela, Ramos Mejía y Haedo fueron incendiados varios vagones de cinco coches.

Según Garré, todo indica que fue “mano de obra contratada” la que inició “esa terrible demostración de violencia” que “en 40 minutos se precipitaron en cadena en cuatro estaciones” de esa línea que une la Capital Federal con el oeste del conurbano bonaerense. Afirmó que “se desconectaron las cámaras de seguridad antes de que empiece todo” y aseguró: “Es posible que la gente enojada haga algún desmán, pero no tan planificado, perfecto y organizado” como el que ocurrió aquella mañana.

“Esto descarta absolutamente lo que dijeron los medios de comunicación, que era el 'enojo popular'. Empezó con un descarrilamiento en un lugar clave, porque hay solo una vía de ida y otra de vuelta, de manera que es imposible hacer un desvío” por una vía alternativa. Además, precisó que en el lugar del descarrilamiento hubo pruebas de que se habían quitado bulones de las vías y que a eso “no lo hace cualquier persona, sino alguien con conocimiento y herramientas adecuadas”. Además, indicó que, según las pericias de bomberos, “hubo acelerantes de la combustión” con que ardieron los vagones, como kerosen y nafta. “Es decir que alguien llevó esos productos” con intenciones de quemar las formaciones.

No obstante, la ministra aclaró que “no queremos asignarle la responsabilidad a nadie” porque “es importante que el juez siga las investigaciones”. En este sentido precisó que “hay un testigo que dice que vio un micro con 25 ó 30 personas a las 3 de la mañana” en la zona de Flores y que cuando “cuando empezaron los incidentes, los vio arrojando piedras” y participando de los destrozos. Es decir que antes “o estaban haciendo una inteligencia previa o estaban preparando el descarrilamiento”, interpretó.