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Esa solución, agregó Sarkozy, evitará que la situación de Grecia sea tildada de "acontecimiento de crédito", o default. Los esfuerzos serán similares para todos los bancos acreedores, que sean griegos o extranjeros, porque "hemos previsto iguales condiciones para todos los bancos". Además, relató que él y la jefa de gobierno alemán, Angela Merkel, estuvieron "en contacto con representantes de los banqueros, no para negociar, sino para informarles de las decisiones de los 17" países de la Eurozona, tras lo cual los banqueros "reflexionaron y dieron su acuerdo".

La magnitud de la quita de la deuda griega era el último gran obstáculo en la elaboración de una respuesta de la Eurozona para impedir la propagación de la crisis a otros países con economías mucho mayores. El acuerdo final prevé igualmente reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y una recapitalización de los bancos, para permitirles amortiguar las pérdidas ocasionadas por la deuda griega.

"A partir de ahora tengo la intención de recomendar al consejo de administración del FMI la entrega del próximo tramo del préstamo" a Grecia, dijo Lagarde en un comunicado en el que señaló que la aplicación "de las reformas económicas aceptadas" por Atenas era "preponderante".

En tanto, el gobierno y la oposición griega reaccionaron hoy entre el alivio y la cautela ante el acuerdo continental. “El país firmó un acuerdo muy importante, se trata de un día histórico que puede poner en orden nuestras financias públicas", dijo el vocero del gobierno griego, Ilias Mosialos. "El acuerdo alcanzado -añadió- es mejor de aquel del 21 de julio. Y nuestro deber es sacar a Grecia del camino sin salida, por ello sirve un gran esfuerzo de nuestra parte."

Durante los primeros días de la semana había pesimismo sobre los resultados de la cumbre europea, sin embargo, los líderes consiguieron pactar los tres aspectos fundamentales para contener la fuerte desconfianza imperante. Así, los tenedores de deuda griega sufrirán una quita del 50 por ciento, la banca se recapitalizará con 100 mil millones para tener un mayor colchón anticrisis y el fondo de rescate se apalancará para tener una capacidad operativa de un billón de euros.

El punto de más conflicto era lograr que los bancos aceptaran la quita de deuda, porque de no lograrse un pacto voluntario, el probable impago de Grecia habría desencadenado una reacción de contagio en la zona euro de proporciones desconocidas. Este pacto supone también el aporte de ciertas garantías por parte de los países de la Unión (valoradas en 30 mil millones de euros) para que los bancos acepten el canje. Así, el volumen del paquete de ayuda que irá destinada a Grecia crecerá de 109 mil millones pactados en julio a 130.000 millones.