El 21 de septiembre, el conservador primer ministro, Pedro Passos Coelho, debió soportar una masiva movilización popular que rechazó de plano el anuncio de una rebaja salarial del 7 por ciento. Un día más tarde, acorralado por las críticas, la presión social y las protestas callejeras, Passos Coelho tuvo que dar marcha atrás en su polémica medida de recorte salarial.

No obstante estos antecedentes, que se repiten con continuidad en casi todos los países de la Unión Europea, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schuble, no dudó ayer en defender a rajatabla las políticas de ajuste. "Siempre estoy preocupado por las protestas. Pero si te preocupas por las protestas nunca podrás llevar a cabo políticas sostenibles", afirmó el funcionario alemán.

La convocatoria fue lanzada por grupos políticos que utilizan las redes sociales como caja de resonancia y que, en pocos meses, lograron que hubiera movilizaciones en al menos 30 ciudades portuguesas y a varios cientos de miles de personas.