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El apoyo al FSLN resulta mayor en Managua, centro político y económico del país, y en provincias como León y Chinandega (occidente), así como en Carazo, Granada y Rivas (sur) o en las emblemáticas provincias de Estelí y Matagalpa (norte), bastiones de la lucha sandinista hace más de 30 años.

En segundo lugar quedó la alianza Partido Liberal Independiente (PLI), que obtuvo el 21,1 por ciento de los sufragios y al menos 11 alcaldías en municipios del norte, centro y norcaribe. Rivas explicó que aún queda por definir si el municipio de La Cruz del Río Grande (Caribe sur) pertenece a la alianza PLI o al también opositor Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que con 8,5 por ciento de votos ganó por ahora sólo dos alcaldías en la región surcaribeña.

Otras dos fuerzas minoritarias de derecha obtuvieron una alcaldía cada una, mientras el partido indígena Yatama -que en esta elección no se alió al FSLN- ganó en los municipios de Puerto Cabezas, Waspam y Prinzapolka, principales localidades de la región del Caribe norte.

Contrario a los datos iniciales sobre abstención, Rivas aseguró que hubo una "participación histórica" del 57,7 por ciento de votantes que depositaron 2.090.877 sufragios, de los cuales 2.020.192 fueron válidos. En tanto, el mexicano Lázaro Cárdenas, jefe de una misión de 26 observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo que los comicios transcurrieron en calma y que no detectaron mayores anomalías, aunque instó al CSE a depurar el padrón electoral para eliminar del mismo a personas fallecidas o que emigraron del país.

Por su parte, Mauricio Zúñiga, director del no gubernamental Instituto para la Democracia (Ipade), señaló que si bien no hubo irregularidades graves, muchas personas no pudieron votar porque no figuraban en el padrón mientras que a otras se les permitió sufragar lejos de su lugar de residencia.