La compañía británica llegó a un acuerdo con las autoridades estadounidenses sobre las consecuencias penales de la marea negra en el Golfo de México de hace dos años y medio. Además de la suma acordada, BP reconoció su culpabilidad en once casos por haber desatendido a personal marítimo y también admitió haber procedido contra las leyes de protección del medio ambiente.

El desembolso de los 4500 millones de dólares podrá concretarse a lo largo de cinco o hasta seis años. "Todos los que integramos BP lamentamos profundamente la trágica pérdida de vidas humanas por el accidente en la 'Deepwater Horizon' y también los efectos del vertido de petróleo en la región costera en el Golfo de México", dijo el presidente de BP Bob Dudley. El acuerdo aún debe ser confirmado por tribunales estadounidenses.

Se trata de la mayor multa jamás pagada por una empresa en Estados Unidos. El anterior récord estaba en manos de la empresa farmacéutica Pfizer, con 1200 millones de dólares.

La explosión de la plataforma extractora de aguas profundas "Deepwater Horizon" en abril de 2010 dejó 11 muertos y llevó al derrame de 4,9 millones de barriles (159 litros cada uno). La mancha de crudo destruyó largos tramos de costa, con graves consecuencias para la naturaleza y la economía. La Fiscalía acusa a BP y sus empresas asociadas de haber actuado negligentemente.

"Desde el principio dijimos que limpiaríamos el vertido de crudo y que compensaríamos los reclamos legítimos", dijo Dudley. " Y hasta ahora siempre hemos cumplido esas promesas".

En su balance, BP dispuso 38.000 millones de dólares para los costos de la catástrofe. Ya 14.000 millones de dólares fueron desembolsados por los británicos para reparaciones y limpiezas, entre ellas el taponado de la fuga. Además, 9000 millones de dólares fluyeron a demandantes privados.

La empresa acordó el pago de otros 7800 millones de dólares con representantes de miles de querellantes, cifra que aún no fue desembolsada y que todavía requiere confirmación judicial. BP aún debe hacer frente a más demandas civiles, entre otros del gobierno estadounidense y de varios estados norteamericanos.