"El actual nivel de tensión es muy peligroso”, sostuvo el titular de la ONU, quien dijo que fue y “gran honor” haberse reunido por primera vez con el obisco de Roma, y con quien destacò tener "ideas y objetivos comunes".

Durante 20 minutos, el Papa y Ban hablaron de la guerra civil que se vive en Siria y los efectos humanitarios que ello causa tanto adentro como afuera de las fronteras, que a diario son atravesadas por miles de refugiados. También hablaron de la situación en Africa, "donde la paz y la estabilidad están amenazadas", y sobre la problemática de la trata de personas.

Por su parte, Francisco destacó la contribución de la iglesia católica "en favor de la dignidad integral del ser humano".

Además, Ban, que se encuentra en su segundo mandato, expuso al Papa su programa para el quinquenio, centrado en la prevención de los conflictos, la solidaridad internacional y el desarrollo económico y sostenible, y lo invitó a visitar la sede de la ONU, en Nueva York.