Esta mañana más algunas personas se animaron a salir a las calles e ir a trabajar en la provincia separatista, una de las dos que declararon la independencia poco antes de las elecciones presidenciales del domingo y pidieron la anexión a Rusia. Incluso, unos 200 mineros se animaron a concentrarse en la plaza Lenin, en la avenida principal, para pedir el cese de los ataques militares ordenados por Kiev. Los mineros habían declarado una huelga hasta que terminara el conflicto armado.

Sin embargo, el sonido de los aviones caza sobrevolando la ciudad, otra vez, volvió a tensionar la situación. El lunes pasado, los aviones del Ejército marcaron el preludio para un ataque militar que dejó entre 40 y 100 muertos, la mayoría de ellos milicianos separatistas.

En tanto, los mandatarios europeos instaron al presidente de Rusia, Vladimir Putin, a ayudar a su vecino usando su influencia con los rebeldes para poner fin a la insurrección. Además, aún no hay noticias de los cuatro observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa que fueron detenidos el lunes por la noche, presuntamente en un puesto de control de los separatistas en Donetsk. La OSCE no descartó el retiro de la misión si la situación empeora.