Miércoles, 26 de noviembre de 2014 | Hoy
14:24 › ESTADOS UNIDOS
Cientos de manifestantes volvieron a desafiar los operativos de seguridad desplegados en la localidad de Ferguson ante la reacción social que produjo la decisión judicial de no procesar al policía Darren Wilson, quien asesinó al joven afroamericano. Un centenar de jóvenes rodearon ayer la comisaría local para reclamar el fin de la brutalidad policial. "Si no hay justicia, no puede haber paz", gritó Trap Maurice, un residente de 19 años.
La multitud se concentró anoche frente a la comisaría de Ferguson, cercada por vallas y barricadas de hormigón en la céntrica avenida de South Florissant. La fuerza de seguridad local, a la que pertenecía el policía Wilson, cuenta con sólo 3 efectivos afroamericanos de 56 en total, mientras que en la ciudad el 60 por ciento de los 20 mil habitantes son negros.
Agentes antidisturbios y efectivos la Guardia Nacional, una fuerza de reserva militar que fue desplegada en columnas de vehículos todoterreno del Ejército, fue la primera barrera de contensión. Mientras que un total de 2 mil efectivos patrullaron las calles. El operativo se desplegó por pedido del gobernador de Misouri y fue respaldado por el presidente Barack Obama, quien pidió protestas pacíficas.
Anoche, al menos tres personas fueron detenidas frente a la comisaría, ante la que los manifestantes corearon la consigna "No dispares" y llevaban pancartas en las que se leían frases como "Paren la brutalidad de la Policía".
Mientras un helicóptero de las fuerzas de seguridad vigilaba desde el cielo los acontecimientos sobre el terreno, Trap Maurice, de 19 años, gritó: "Si no hay justicia, no puede haber paz". A su lado, Adam, de 25, sostuvo: "No conocí a Mike Brown, pero estoy seguro de que era un buen chico".
Aunque no ocurrieron disturbios tan graves como los del lunes, una grupo de manifestantes volcó un patrullero cerca del Ayuntamiento. Por eso, fueron reprimidos por los agentes de seguridad y dispersados con gases lacrimógenos.
El ruido de las sirenas policiales de fondo, los forcejeos, las corridas y las escaramuzas fueron la tónica dominante en la calle, donde muchos comercios aparecían tapiados con paneles de madera como medida de precaución contra posibles saqueos.
"Despejen la calle. Permanezcan en las veredas. Pueden manifestarse ahí de forma pacífica. Quien se quede en la calle puede ser objeto de detención", advirtía la Policía con los megafonos.
Fuera del centro de la localidad, varias rutas estuvieron cortadas y acordonadas por vehículos de las fuerzas de seguridad, mientras que en bares, restaurantes y tiendas colgaba el cartel de "cerrado".
Michael Brown, de 18 años, murió baleado por Darren Wilson el 9 de agosto, lo que provocó una ola de protestas y disturbios y reabrió el debate sobre la discriminación racial por parte de la Policía.
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