Miércoles, 27 de julio de 2016 | Hoy
18:48 › LAS DIFICULTADES EN EL SUBTE PARA LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
Un informe de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad revela las fallas de accesibilidad en las estaciones. Pocos ascensores, escaleras mecánicas inactivas, baños no adaptados. Por Werner Pertot
Sólo el 33 por ciento de las estaciones de subte tienen ascensores, nada más que el 29 por ciento tiene escaleras mecánicas que llevan hacia la calle. El mismo porcentaje cuenta con sanitarios para personas con discapacidad. Los datos surgen de un informe de la Defensoría del Pueblo porteña sobre la accesibilidad en las estaciones. Pese al aumento exponencial de la tarifa en los últimos años y los subsidios estatales, que nunca cesaron de llegar a la empresa Metrovías, el estado del mantenimiento de las instalaciones dista de ser óptimo: en el relevamiento de la Defensoría, en 16 estaciones se encontró que las escaleras mecánicas estaban fuera de servicio. Ninguna de las boleterías está adaptada para personas con sillas de rueda.
El informe que revela el estado de las estaciones del subte se hizo en base a un relevamiento sistemático entre diciembre de 2014 y enero de este año. Se titula: “Accesibilidad para personas con discapacidad y/o movilidad reducida en el transporte público subterráneo de pasajeros” y detalla línea por línea del subte cuáles son los problemas hallados en cada una.
En términos globales, la línea H –construida en la última década– es la única que tiene escaleras y ascensores en todas sus estaciones (lo que no quiere decir que todas funcionen). La línea C y la E no tienen ninguna estación accesible, mientras que en la línea B el 75 por ciento es inaccesible para una persona con movilidad reducida. En la línea D, el 69 por ciento es inaccesible y en la A, el 50 por ciento.
Las líneas C y E no tienen ninguna escalera mecánica que permita llegar a la calle, mientras que en la línea B el 29 por ciento de las estaciones cuenta con esto y en la D, el 31 por ciento. En la A, es el 72 por ciento. Además, muchas de ellas se encuentran fuera de funcionamiento: dentro del relevamiento que hicieron, encontraron que “la escaleras de las estaciones Carabobo, Loria y Sáenz Peña no funcionaban” en la línea A, mientras que en la B no andaban las escaleras mecánicas de Uruguay, Medrano, De los Incas-Parque Chas; en la D, no funcionaban las de Callao, Agüero, José Hernández y Juramento. En la línea H, no andaban tampoco las escaleras mecánicas de Humberto 1º, Parque Patricios y Hospitales. La cantidad de estaciones que presentaban escaleras sin funcionar deja pocas posibilidades de que se trate de casos aislados.
Además, encontraron que no funcionaban los elevadores de la estación Uruguay (Línea B) y San Pedrito (línea A). Los baños están en pocos casos adaptados: sólo el 29 por ciento presenta la posibilidad de que lo use una persona con discapacidad. En el relevamiento, además, encontraron ocho baños fuera de servicio. En la estación Primera Junta, según le informaron a la Defensoría, “hace aproximadamente tres meses”. Lo mismo ocurría con los de la línea H de Once, Caseros, Parque Patricios y Hospitales. Desde Metrovías, informaron que el de Caseros estaba sin funcionar desde el 27 de mayo del año pasado “debido a problemas del sistema de descargas”.
En el informe, al analizar el estado de las escaleras, se destacó “el estado lamentable en el que se encuentran los solados (revestimiento del piso) de tipo de prevención y guía de la mayoría de las estaciones de la red de subterráneo constituye un potencial peligro para los usuarios del servicio”. Detallan que en muchos casos se encontró que no hay antideslizantes.
El trabajo también destaca que la totalidad de las boleterías no está adaptada para que las puedan utilizar personas con sillas de rueda. Además, indica que “la señalización táctil en sistema Braille se encuentra ausente en la mayoría de las estaciones. Se constató que la disponibilidad de sistemas de información auditiva no es uniforme variando a lo largo de la red. Por último, se carece de cartelería respecto al emplazamiento de ascensores dentro de las estaciones, así como de alarmas visuales para seguridad de las personas sordas”
En el informe, también se indica que “las personas con movilidad reducida de no contar con una red de transporte público deben afrontar altas erogaciones que no siempre pueden solventar en mérito a la alta tasa de desocupación que registran”. Por lo tanto, la Dirección de Derechos de Personas con Discapacidad de la Defensoría del Pueblo indicó que “el hecho de no contar con un sistema de transporte accesible en cualquiera de sus modalidades limita, restringe, impide o anula la posibilidad de ejercicio de derechos humanos y el goce de libertades fundamentales, que hacen a la dignidad de todo ser humano, afectando el desarrollo personal y la participación social de las personas”. El informe destaca que, de continuar en este estado, el Gobierno porteño podría verse responsable de reclamos por discriminación.
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