Miércoles, 27 de julio de 2016 | Hoy
EL PAíS › UN NUEVO PERITAJE DESCARTó QUE LA PISTOLA SECUESTRADA FUERA LA USADA EN EL CRIMEN DE UNICENTER
Contra lo que había sostenido el Ministerio de Seguridad, un peritaje de la Policía Federal, la Bonaerense, la Metropolitana y expertos de parte determinó que los colombianos no fueron asesinados con la pistola Tanfoglio que tenía el ex titular de Hinchadas Unidas.
Por Raúl Kollmann
La desesperación por vincular a dirigentes o militantes kirchneristas con cualquier delito, sin pruebas, está produciendo otro episodio grotesco. Un informe de la Policía Federal había establecido que dos narcos colombianos asesinados en Unicenter habían sido ejecutados con una pistola Tanfoglio calibre 40 perteneciente a Leandro Ghiso, un empleado público que luego se la entregó, para vendérsela, a Marcelo Mallo, militante K, ex titular de Hinchadas Unidas, que en su momento tuvo relación con Aníbal Fernández, aunque después se distanciaron. Pero una nueva pericia realizada por la Policía Federal, la Bonaerense, la Metropolitana y peritos de parte determinó que los colombianos no fueron asesinados con ese arma. El estudio concluirá oficialmente el viernes pero ya se estableció que no coinciden las vainas ni los plomos con lo recogido en Unicenter y en los cuerpos de las víctimas. Sobre esa base, la jueza Sandra Arroyo Salgado debería ordenar la libertad de Mallo y Ghiso, aunque lo que queda es una secuela de escándalo en la que aparecen involucrados varios funcionarios macristas.
La asombrosa historia se inició con un informe de la Bonaerense durante la fuga de los hermanos Lanatta y Martín Schillaci del penal de General Alvear. Los investigadores policiales dijeron que los prófugos habían estado en la casa de Mallo después del tiroteo en Ranchos. Quienes supervisaban la investigación de la fuga eran el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, y su par de la Nación, Patricia Bullrich.
El fiscal a cargo del expediente, Mariano Sibuet, ordenó el allanamiento de la casa de Mallo el 3 de enero de este año y no encontró nada relacionado con los prófugos. No habían estado ahí ni existía ninguna relación. Se incautaron teléfonos, computadoras y un arma que había en la vivienda, la Tanfoglio calibre 40. La pistola se mandó a peritar y dio negativo, es decir que no se usó en el tiroteo de Ranchos.
Dado lo particular de las pistolas Tanfoglio, un arma inhabitual, el fiscal Sibuet acordó con la Policía Científica de la Bonaerense que se realizara un cotejo en la Policía Federal. Esa fuerza maneja el Sistema Automatizado de Identificación Balística, que tiene un archivo de proyectiles o vainas que se usaron en delitos graves.
Según explicaron a Página/12 especialistas en balística, el cotejo de una Tanfoglio no es fácil porque el cañón no deja estrías muy pronunciadas. Lo asombroso es que después del dictamen del SAIB, la Policía Federal hizo un segundo peritaje, usando el arma que les remitió el fiscal. Se hicieron doce disparos y, según el ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari, volvió a haber coincidencia con el arma usada en Unicenter. Todo indica que la Federal no se quiso desdecir y Ferrari se ató de tan débil elemento para salir públicamente a acusar a Mallo.
El caso llevó a otro episodio grave. La Policía Científica sostuvo que en abril le envió el informe al fiscal Sibuet señalándole que había coincidencias con el arma usada contra los narcos. Sibuet negó haber recibido ese informe, allanó las oficinas de la Policía Científica y demostró que no le habían mandado nada. Pese a ello, no faltó entonces la acusación de encubrimiento contra el fiscal y el juez César Melazo: el argumento es que favorecieron a Mallo y Ghiso que se fugaron. Quien encabezó estas imputaciones en forma pública fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que trató a ambos como si fueran los narcos más buscados del país, en lugar de tomar las mayores precauciones por una acusación que no tenía la menor lógica.
Hasta el último de los criminalistas opinó que las hipótesis del caso eran descabelladas:
- Resultaba delirante que un comando organizado en 2008 para matar a Edilson Duque Ceballos y Alexander Quinter Gardner haya usado un arma registrada en el Renar. Se supone que se trató de una venganza entre cárteles colombianos, principalmente ex paramilitares, lo que presume cierto grado de planificación y no el uso de un arma fácilmente rastreable. Pero más delirante todavía era pensar que ese arma registrada, de haber sido usada, no hubiera sido tirada a un río, sino que la guardara el dueño en su casa, durante casi ocho años para recién después vendérsela a otra persona.
- Aun peor que eso era la imputación contra Mallo que no tuvo el arma en su poder en 2008. Más todavía si quien figura como titular, Ghiso, admitió que la Tanfoglio era de su propiedad, que nunca salió de su casa, que él la tenía en la época de Unicenter y que para entonces ni siquiera conocía a Mallo.
Es obvio que los funcionarios macristas direccionaron de forma escandalosa toda la investigación. Los tentó el combo triple fuga, Hinchadas Unidas, kirchnerismo, Aníbal Fernández, doble crimen de Unicenter, narcos colombianos y todo lo que se pudiera agregar. Por supuesto que Elisa Carrió también se sumó a la acusación al voleo.
La jueza Arroyo Salgado, a cargo del caso Unicenter, mandó a hacer un nuevo peritaje en el que ahora participan los especialistas designados por Mallo y Ghiso. El estudio se está haciendo en el edificio de la Policía Metropolitana y desde el viernes se dispararon 14 proyectiles de la pistola de Ghiso-Mallo. Esas vainas se compararon con las de Unicenter y dieron negativo. “Estoy indignadísimo –señaló anoche el abogado de Mallo, José Novello–. Las vainas no se parecían en nada, 90 por ciento de diferencia con las de Unicenter. Es un verdadero escándalo.”
Ayer, los peritos compararon las balas que, al salir por el cañón, adoptan las estrías de ese cañón. “Ya peritamos siete de los 14 plomos. Todo dio negativo. Apenas unas líneas de coincidencia, lo demás es muy distinto. Es gravísimo que se haya metido gente presa por esto. Los acusaron por gronchos y peronistas”, remató Novello.
Hoy se van a comparar otros dos plomos, pero la lógica es que también den negativo, porque todos salieron de la misma pistola.
Si no surge ningún elemento sorpresivo, cuando el viernes concluya el peritaje, los abogados de Mallo y Ghiso pedirán la libertad y alguien deberá responder por la cadena de gravísimas irregularidades. Todo partió de un allanamiento sin resultados, surgido de un informe de la Bonaerense. Luego se derivó a acusaciones sin lógica. Y redondearon el escándalo con pericias más que sospechosas difundidas a los cuatro vientos por funcionarios macristas.
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