Mejorar la seguridad de las fronteras exteriores de la UE y firmar acuerdos de repatriación con países africanos desde los que llegan migrantes fueron las principales exigencias de los líderes de once países reunidos en Viena con el objetivo de "frenar la migración ilegal en la medida de lo posible", explicó la canciller federal alemana, Angela Merkel.

Para ello, la agencia europea de fronteras Frontex "deberá ampliar sus responsabilidades y capacidades", afirmó Merkel y sostuvo que se deben agilizar las repatriaciones de personas que no tienen perspectiva de asilo, mediante acuerdos con países como Pakistán, Afganistán y Estados del norte de África.

"Queremos luchar contra la ilegalidad y reforzar la legalidad", concluyó Merkel tras la reunión y flanqueada por los líderes de Austria, Grecia y Hungría, que conforman la llamada Ruta de los Balcanes por la que miles de refugiados y emigrantes ingresaron a Europa.

En la cumbre participaron también los jefes de Gobierno Eslovenia, Croacia, Serbia, Albania, Bulgaria, Macedonia y Rumania. A ellos se unieron el presidente de Consejo Europeo, Donald Tusk, quien declaró que la Ruta de los Balcanes debe cerrarse "para siempre".