Jueves, 21 de septiembre de 2006 | Hoy
20:51 › EL NÚMERO 85
Se trata de Marcos Suárez, que había sido secuestrado cuando era un bebé de casi un año y lo llevaba en brazos su padre, Hugo Alberto Suárez, quien continúa desaparecido, al igual que su esposa, María Rosa Vedoya.
El joven de 31 años se reencontró con su pasado y supo que era hijo de un matrimonio desaparecido durante la última dictadura, cuando por casualidad se acercó a las Abuelas de Plaza de Mayo buscando al padre que nunca conoció y se hizo el estudio de ADN que lo convirtió en el nieto número 85 encontrado por esa organización de derechos humanos, se anunció hoy.
Nadie sabe qué pasó con sus padres y ni por qué centro clandestino pasaron; tampoco está claro cómo ese bebé llegó a manos de una enfermera que lo anotó como propio y lo crió hasta que ella murió, cuando él tenía 14 años.
A cargo entonces de una hermana de esta mujer, a la que consideraba hasta ahora su tía, Marcos -hoy casado y padre de dos hijos de 8 y 9 años- quiso reconstruir la historia de su padre, a quien nunca había conocido y sobre el que su hasta entonces madre se negaba a hablar.
Sus amigos, entonces, le recomendaron que fuera a Abuelas de Plaza de Mayo porque le decían que esa agrupación "encontraba gente", aunque "sin sospechar en absoluto una relación con la dictadura", señaló la presidenta de la entidad Estela Carlotto, al oficializar esta tarde la historia del joven en una conferencia de prensa.
Un psicólogo que lo atendió le preguntó si, frente a la ausencia del padre, la falta de fotos suyas de recién nacido y hasta su supuesto nacimiento en un domicilio particular -aún cuando su presunta madre trabajaba en una institución de salud- le gustaría hacerse un análisis de sangre para ver si podía estar relacionado con algún desaparecido.
"Vino a buscar un padre y se terminó topando con su propia historia. El 22 de junio se hizo los exámenes en el Banco Nacional de Datos Genéticos del Hospital Durand y el 12 de septiembre pasado le dieron los resultados que confirmaban su filiación con Hugo Suárez y María Rosa Vedoya", dijo Carlotto.
Según explicó, en el mismo momento en el que se le entregó el sobre con los resultados le dieron una foto del bebé del matrimonio desaparecido. "Ese soy yo", dijo al reconocerse inmediatamente.
Curiosamente, esa foto había aparecido casi por casualidad en la telenovela "Montecristo", donde se difunden distintas imágenes de los nietos buscados por las Abuelas como una forma de difundir esa campaña, en el marco de una historia que trata el caso de una chica secuestrada.
En medio del shock que recibió al encontrarse con la noticia de su verdadero pasado, Marcos Suárez supo ahí entonces la historia de sus padres: Hugo Alberto Suárez, de 23 años, era un estudiante universitario de La Plata, que junto a su esposa, María Rosa Vedoya, también estudiante de Medicina, tenían una militancia política contra la dictadura.
Vedoya, de 22 años, fue secuestrada el 20 de octubre de 1976 por fuerzas de seguridad; su marido fue atrapado poco después, el 10 de diciembre, cuando caminaba por la calle llevando al pequeño Marcos en brazos, porque no se separaba de él desde la desaparición de su esposa.
El destino de toda la familia fue un misterio: no hay ningún registro del matrimonio y tampoco había datos sobre Marcos, que desapareció cuando le faltaban apenas 10 días para cumplir su primer año de vida.
De acuerdo a diferentes testimonios, los represores se llevaban también a los hijos de los detenidos ilegales, e inmediatamente después los separaban del grupo familiar.
Lo cierto es que los familiares comenzaron una búsqueda en distintos organismos del Estado, hospitales y hasta la Iglesia, pero no tuvo respuestas, ni siquiera aparecían fotos de ellos para difundir.
El abuelo materno, Luis Rodolfo Vedoya, radicó entonces la denuncia en la asociación, aunque ni él ni su esposa -Modesta- trabajaba activamente en esa agrupación, que funciona desde hace 29 años.
Cuando Estela Carlotto llamó por teléfono a Modesta Vedoya para darle la noticia, la mujer no podía creerlo. "La abuela de Marcos quedó petrificada, no podía creerlo y aunque nunca se pierden las esperanzas, no era algo que pareciera posible. Se encontraron aquí en Abuelas, dos días después de que estuvieran los resultados. Se dieron un abrazo y era increíble: la abuela y el nieto eran iguales", comentó Carlotto.
Marcos llegó al encuentro acompañado por uno de sus hijos, que -según Carlotto- "no entendía nada" esa aparición de familiares.
"Fue todo muy fuerte y muy rápido. Ahora hay que investigar cómo el bebé llevó a manos de esta mujer. Quizás Marcos, cuando se tranquilice de todo esto, pueda recordar algún dato útil para reconstruir toda su historia", añadió.
Fuente: DyN
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