En su discurso de despedida, Cristina confió en "darle capacidad institucional a esta etapa que se avecina", al frente del Ejecutivo Nacional, pero advirtió que eso "no es responsabilidad solamente del Gobierno, sino de todos aquellos que tengan responsabilidades institucionales", incluída, dijo, "la oposición".

En la ocasión, la presidenta electa destacó que "me voy de un Senado diferente al que vine" y agregó al respecto: "tengo el honor de pertenecer a un Parlamento que sancionó la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, derribando el muro de la impunidad".

"Hemos vuelto a reconstituir la imagen del Parlamento", aseguró la primera dama antes de que la Cámara le aceptara su renuncia y de que juraran los senadores electos el pasado 28 de octubre.

La sesión fue presidida por su titular, el gobernador electo en provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y asistió como invitado especial el presidente Néstor Kirchner, además del jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

Cristina Fernández agradeció a sus pares y dijo que "no guardo rencor por nadie", pese a las "fuertes discusiones" que mantuvo durante estos años.

Al respecto, la ex senadora advirtió que "no es hora de cargos ni acusaciones" y pidió "no adjetivar ni calificar en términos personales. En todo caso -aconsejó-, las discusiones, las críticas, que sean a las políticas".

Al abundar en la labor desarrollada en los últimos años por el Senado, Cristina Kirchner recordó el polémico proyecto -de su autoría- para reformar el Consejo de la Magistratura, que según dijo, "no sucedió nada" de lo que anticipó la oposición en cuanto a una supuesta "manipulación de jueces".

Cristina pidió entonces "no ser funcionales" a sectores que definió como "pocos, muy chicos, pero muy poderosos" que quieren dar una imagen de que "los poderes del Estado son ambientes de corrupción, o de que se levantan manos porque sí".

"Todos deberíamos contribuir a no ser funcionales a esos sectores", enfatizó, y elogió en ese contexto la denuncia del diputado Héctor Recalde, que permitió ver, según dijo, "que en Argentina los que sobornan también a los funcionarios públicos son importantes empresarios".

Por último, Cristina Kirchner intercambió "felicitaciones" con Scioli ante las nuevas responsabilidades institucionales que a ambos les aguardan a partir del 10 de diciembre.