"La palabra abuela despierta ternura, la imagen de una anciana de cabello blanco, con rodete, lentes caídos abrazando a algún nieto al que le contará increíbles historia de su vida sentada en un cómodo sillón, esa imagen es la antípoda de lo que somos", señaló Carlotto y agregó: "No estamos sentadas en el sillón, que está tan vacío como los brazos que tendrían que abrazar al nieto".

Antes de la ceremonia, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo agradeció el galardón de la Unesco y se esperanzó con que "muchos hombres y mujeres que tienen dudas sobre su identidad puedan conocer más sobre la apropiación de niños y se animen a dar el paso hacia la verdad".

"El terrorismo de Estado desapareció a nuestros hijos y robó a nuestros nietos. Ese profundo dolor nos unió para emprender este difícil camino, que ya lleva casi 34 años, y en el que logramos restituir la identidad de 105 nietos", indicaron las Abuelas en un comunicado.

Además, las Abuelas indicaron que premios "de esta magnitud nos llenan el alma, aunque el mejor premio siempre es la restitución de un nieto. Seguiremos en la búsqueda de los casi cuatrocientos nietos que aún nos falta encontrar, alzando nuestra voz para que este horror nunca más tenga lugar en ningún país del mundo".