La carpa fue instalada ayer en la Plaza de la Intendencia, frente a la sede de los tribunales provinciales, y permanecerá hasta mañana. Allí se realizarán "charlas y talleres", además de conferencias de prensa con los familiares de las víctimas del accionar policial.

Lorena Barraza, hermana de Exequiel Barraza, quien el 24 de marzo pasado fue asesinado a balazos en el barrio 1º de Mayo, recordó que el joven de 20 años "tenía raspado los dos pómulos de la cara, la nariz parecía quebrada y le faltaba un pedazo del labio. Falleció por por un disparo en el abdomen después de dos horas de agonía. Tenía otros cuatro disparos en la espalda y dos más en la frente". Por su muerte está imputado un miembro de la división Homicidios de la Policía, pero "sigue en libertad, impune y cobrando un sueldo".

Según la Coordinadora Antirrepresiva de Córdoba, en lo que va de 2014, ya se han registrado siete casos de jóvenes muertos en casos de "gatillo fácil". En junio pasado, un informe de un grupo de alumnos y docentes de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) reveló que la casi totalidad de los operativos "de saturación" que realiza la Policía cordobesa tienen por destinatarias "las villas o sectores populares".

Todos los meses, familiares de víctimas de casos de "gatillo fácil" concretan marchas por las calles de la capital cordobesa, en demanda de "justicia". El jefe de la Policía, Julio César Suárez, quien recibió varias denuncias, calificó como "jóvenes delincuentes" a dos chicos muertos por balas policiales.