Los chamanes esperaron que el sol se levantara detrás de las montañas andinas e iluminara las ruinas de lo que fue la más próspera cuidad de la civilización andina hace 10.000 años y en un templo "millucharon" (esparcieron suerte) y efectuaron una "limpia espiritual" a Morales.

El gobernante -a quien desde la semana padada tienen sin resuello mineros estatales y privados que el jueves y viernes se disputaron a bala y dinamita una mina en el occidente andino boliviano, con un saldo de 16 muertos y 61 heridos- recibió esta suerte de bendiciones enfundado en un traje típico.

También la principal organización sindical que llamó el martes a miles a manifestarse en las calles de La Paz, tiene acorralado al presidente izquierdista.

Al rito de la "milluchada", con hojas de coca e inciensos varios, se sumó la "willancha", es decir el sacrificio de un animal hembra, una vaca o una llama, cuya sangre caliente se ofrenda a la "Pachamama" (madre tierra en lengua nativa).

Apenas despuntó el sol en la explanada del templete semisubterráneo del Kalasasaya, en el centro de las ruinas de Tiawanacu, Morales agradeció los gestos de los nativos en un acto al que también asistieron representantes de pueblos indígenas de América y Europa, denominado "Abya Yala (América, en lengua aborigen).

"Muy alentado, muy contento, sabíamos que tenía que haber problemas (en la formulación de nuevas políticas de cambio en Bolivia), sabemos que no es fácil cambiar la historia negra de 500 años" para los indígenas, dijo Morales en un escueto discurso.

Tras "la limpia" espiritual, el gobernante, primer indígena que gobierna Bolivia en 181 años de historia, se dijo "muy alentado por la conciencia del pueblo boliviano".

Fuente: APF