Martes, 11 de marzo de 2008 | Hoy
UNIVERSIDAD › MAñANA VUELVE A SESIONAR EL CONSEJO SUPERIOR DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Las autoridades de la UBA consensuaron designar a dos nuevas funcionarias en el gabinete del rector. Ante el consejo se manifestarán alumnos y docentes por los problemas de infraestructura en la Facultad de Medicina.
Por Julián Bruschtein
Tras un año que terminó complicado, el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires volverá a reunirse mañana. A la sombra de los consabidos problemas presupuestarios y de infraestructura, el temario con que debutará 2008 en la UBA incluirá dos puntos salientes. Por un lado, la postergación de la asamblea universitaria que debe reformar los estatutos de la casa, que estaba prevista para el 6 de junio. Y por otro, la designación de nuevos nombres en el gabinete del rector Rubén Hallú, en secretarías actualmente desiertas. Con un cargo para cada sector quedarían zanjadas las diferencias que habían surgido a fines de 2007 entre la mayoría de decanos –radicales, peronistas y aliados– y la minoría de “los cuatro decanos” –centroizquierda y peronistas– que se encuentran representados en el rectorado.
La primera reunión anual del órgano de cogobierno de la UBA se hará una semana antes de que los consejeros estudiantiles y graduados electos en diciembre asuman sus bancas; el consejo prevé tratar en el orden del día la designación de dos funcionarias. Hace tres meses María Rosa Neufeld renunció a la Secretaría de Asuntos Académicos del rectorado, derivación del conflicto que arrastró al ex rector de la Escuela Carlos Pellegrini.
En su reemplazo será propuesta la profesora Edith Litwin, ex directora del programa de estudios a distancia UBA XXI. Litwin llegará con apoyo del espacio de mayoría, mientras que la saliente Neufeld representaba a los cuatro decanos. Este sector de minoría se quedaría, en cambio, con la Secretaría de Planificación, un área existente hasta 2002. La recuperada secretaría sería ocupada por Silvia Llomova- tte, profesora de Sociología de la Educación en la Facultad de Filosofía y Letras.
Las designaciones aplacarían un poco los ánimos después del resquebrajamiento insinuado en el acuerdo de los decanos. De hecho, según repetían las autoridades académicas en los últimos días, los decanos apuestan a “mantener la institucionalidad, evitando internas innecesarias”. Con suerte, aspiran a dejar las diferencias políticas para el año que viene, cuando se acerquen las elecciones de todos los claustros, incluidos los profesores.
Otro tema que tratará el Consejo Superior es el cambio de fecha para la asamblea universitaria que no pudo terminar de sesionar el año pasado. Si bien estaba definida para el 6 de junio, se correría por una semana para despejar la agenda del rector: en esa fecha habrá una reunión de autoridades académicas de distintas regiones y la UBA ya había comprometido su asistencia. Así que, por ahora, la asamblea para continuar debatiendo la reforma del estatuto de la UBA se haría el 13 de junio. Por otra parte, el rector Hallú propondrá que se declare al corriente como “el año de la Reforma Universitaria”, en homenaje al 90º aniversario de los sucesos de 1918.
Aunque mañana no formará parte del orden del día, también se espera que se introduzca la problemática edilicia y de infraestructura que están atravesando distintas facultades, en particular la de Medicina, que tiene cortado el suministro de gas por pérdidas en la red, lo que podría ocasionar la suspensión y el cierre temporal de algunas líneas de investigación. Alumnos e investigadores están convocando a una manifestación ante el consejo (ver aparte).
Un espinoso asunto que no tendrá definición parece ser el que involucra a la Escuela de Comercio Carlos Pellegrini. Los consejeros deben expedirse sobre el pedido de renuncia que el rector de la escuela, Héctor Pastorino, le hizo a Juan José Esturo, uno de los vicerrectores interinos. Vinculado con el gremio Ctera, Esturo no ha presentado su dimisión y además hizo una denuncia por irregularidades en el sistema de ingreso al Pellegrini. Entre los decanos y consejeros de la UBA no habían llegado ayer a un acuerdo sobre la conveniencia o no de exigir la renuncia de Esturo, ya que Ctera se declaró en estado de alerta y movilización en su defensa. Sí aseguraban estar de acuerdo en que el inicio de las clases fuera “menos traumático” para los alumnos del Pellegrini, que vienen de un año plagado de tomas y paros.
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