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Hoy concluyen las elecciones estudiantiles en cuatro facultades de la UBA –Ciencias Económicas, Derecho, Medicina y Ciencias Exactas– y mañana cerrarán en Ciencias Sociales. Los resultados registrados en las primeras tres unidades académicas que ya votaron mostraron la continuidad de los oficialismos (ver aparte) y, según los sondeos de los centros de estudiantes que están en juego esta semana, ahora tampoco habría cambios de mando.

En la sede Constitución de Sociales, las paredes que dan a la calle Santiago del Estero están pintadas o cubiertas de afiches con consignas de todo tipo. Luego de atravesar las columnas de la entrada, recientemente pintadas de celeste, decenas de cuerpos forman una fila de la que escapar es tarea titánica. En los tiempos muertos, las discusiones entre militantes van desde el fútbol hasta balances históricos de la ruptura de la primera Internacional que fundó Karl Marx. Este año se impuso una veda, que rige a cinco metros de la mesa de votación, con el objetivo de evitar que se forme un embudo humano ante las urnas, como ocurrió históricamente. “A los estudiantes franceses del 68’ les hubiera dado vergüenza lo que están haciendo ustedes. Ellos militaban con el movimiento obrero”, fulminó un indignado militante de Democracia Obrera, que no participa en la elección.

En Sociales, la disputa parece estar entre la actual conducción kirchnerista (UES-Proyecto Sociales) y La Izquierda al Frente (PO, IS y PTS). La Mella reconoce entre sus volantes que corre detrás de ambas fuerzas.

Desde la conducción resaltan que estuvieron en “las aulas y en las calles”. “Vamos a mantener el centro por la buena gestión que hicimos; creemos probable ampliar la diferencia con el segundo lugar”, dice a Página/12 Julián Eyzaguirre, responsable de La Cámpora en la UBA. En comparación con las elecciones de 2014 (las últimas optativas como las actuales; las del año pasado fueron obligatorias porque se eligieron consejeros directivos), esta vez habría más gente votando: “Hay una voluntad más amplia de participar”, opina Eyzaguirre. Mientras, el Frente de Izquierda centra su campaña en denunciar que “la UES es cómplice del ajuste de Cambiemos” y del rectorado de la UBA.

En la facultad “más grande de Latinoamérica”, la de Ciencias Económicas, la veda es más severa: no se puede realizar ningún tipo de actividad política dentro de las seis sedes de la casa de estudios en la semana de elecciones. Por eso, la militancia se amucha en las puertas de la sede de Avenida Córdoba, frente a la Plaza Houssay, para repartir volantes y pelear votos.

“Va a ser la elección más participativa de la UBA, van a votar más o menos 20 mil personas”, dice a este diario Juan Manuel del Oro, apoderado de Nuevo Espacio, la agrupación que preside el centro de Económicas. Según Del Oro, la pelea por el segundo puesto está entre el PRO y La Mella. Sus sondeos a boca de urna arrojan que Nuevo Espacio rondaría los 60 puntos.

“Somos –resaltó– una agrupación que se dedica a hacer política universitaria y no política en la universidad”. La organización que sucedió a Franja Morada fue creada por –y responde a– Emiliano Yacobitti, secretario de Hacienda de la UBA y presidente de la UCR porteña.

Del otro lado de la Plaza Houssay, en Medicina, Matías Rojo, consejero y referente de Nuevo Espacio, cree que su fuerza va a ser reelegida en el centro de estudiantes. “Estamos bordeando los 60 puntos”, le dice a este diario. La agrupación –que en Medicina es integrada por alumnos peronistas e independientes, además de radicales, según se ocupan de resaltar– se presentó por primera vez en 2009 y, desde el 6 por ciento de los votos que obtuvo entonces, creció hasta ganar el centro en 2013 y cosechar el año pasado el 62 por ciento de los votos. Rojo pronostica que el segundo puesto será para El Frente (PO-IS), que estaría cerca de los 15 puntos.

En Medicina, la veda rige solo en el subsuelo, donde están las urnas. El comedor es un ejemplo gráfico del predominio de Nuevo Espacio en la sede: la decena de afiches que cuelgan en la pared le pertenecen, no hay ninguno de otra fuerza. Las mesas son todas naranjas y negras, los tablones para sentarse y las paredes también. Sólo un banner de Coca Cola imprime otro color en el lugar.