Viernes, 29 de octubre de 2010 | Hoy
CARTAS DE LECTORES › DIRIGENTES OPOSITORES FUERON AL VELATORIO
Estuvieron, entre otros, Macri, De Narváez, Binner, Ríos, Solá, Reutemann, Alfonsín, López Murphy y dirigentes de la Coalición Cívica. Las dudas antes de ir a la Casa Rosada.
Por Werner Pertot
Con cautela, una buena parte de los opositores se arrimó a la Casa Rosada a ofrecer sus condolencias a la presidenta Cristina Fernández. Algunos eligieron el perfil bajo, otros aprovecharon para dejar un mensaje político sobre el futuro tras la muerte de Néstor Kirchner. La mayoría pasaron sin ser abucheados. Una excepción fue el titular del Comité Nacional de la UCR, Ernesto Sanz, al que le cantaron en la entrada: “El que no salta es radical”. Entre los gobernadores opositores estuvieron Hermes Binner, Fabiana Ríos, Mario das Neves y el jefe de Gobierno, Mauricio Macri.
El líder de PRO dudó hasta último momento si ir o no al velatorio, por la posibilidad de que hubiera abucheos o algo más. Finalmente, nada de eso ocurrió. Fue al mediodía, acompañado por el titular del bloque macrista en Diputados, Federico Pinedo. Entró por la explanada y se saludó con el jefe de la bancada K, Agustín Rossi, y con el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. En el camino, Macri se encontró con los ministros de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Eugenio Zaffaroni, con el diputado Ricardo Alfonsín y con el gobernador Binner. Luego de un rato, Macri le dejó sus condolencias a la Presidenta y se retiró. “Perfil bajo”, resumían en su entorno. No habló con los medios. “Fui a Casa Rosada para darles mis condolencias a la Presidenta, su familia y sus colaboradores en este triste momento”, twitteó luego.
Uno de los primeros opositores en llegar fue el líder de Unión Celeste y Blanca, Francisco de Narváez, quien también eligió un perfil bajo. Arribó con su mano derecha, Gustavo Ferrari, y lo acompañaron a una antesala, donde esperó un rato antes de ingresar. Luego Rossi se acercó a saludarlo y le agradeció que hubiera asistido. De Narváez le dejó sus condolencias a Cristina Fernández a través del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. El Colorado también optó por no hacer declaraciones.
Por la tarde, fue el diputado Felipe Solá. Al llegar, se saludó con alguno de los empleados de la casa, a los que conoce de cuando formaba parte del oficialismo. Luego se quedó a un costado, a la izquierda de la Presidenta y cerca de Rossi, con el que se saludaron muy efusivamente. A la salida, habló con la prensa: “Fue conmocionante ver el féretro del ex presidente porque era un hombre lleno de vida, de energía y su muerte no estaba en los papeles”. Solá estimó que, con la muerte de Kirchner, “va a haber fuertes cambios y hay que estar preparado para eso. Hay un discurso de campaña electoral que termina. Le decimos a Cristina que cuente con nosotros para todo diálogo posible para que iniciemos el sendero hacia la unidad nacional”. A la noche, se acercó el ex gobernador Carlos Reutemann.
Binner estuvo dos veces: primero, bien temprano a la mañana, y luego a la tarde. Junto con la gobernadora fueguina son los dos mandatarios provinciales de centroizquierda no K. El titular del PS nacional, Rubén Giustiniani, concurrió también junto con los diputados Roy Cortina, Mónica Fein, Ricardo Cuccovillo, Miguel Barrios y Alicia Ciciliani. Los acompañaban los dirigentes Héctor Polino, Juan Carlos Zabalza y Carlos Roberto. Cortina saludó a Abal Medina, con quien se conoce de la militancia universitaria. “Es un momento lógico de consternación y de alto impacto en el país por el protagonismo que tuvo Kirchner estos últimos ocho años. Sacando algunas excepciones, veo bastante madurez de toda la ciudadanía en general. Y mucho dolor de millones de argentinos”, planteó el diputado socialista. También se acercó el dirigente del SI Eduardo Macaluse, quien dijo que “nuestro compromiso será colaborar en un clima propicio para el ejercicio del gobierno”.
Además de Alfonsín fueron en distintos momentos los dirigentes radicales Gerardo Morales, Federico Storani, Ricardo Gil Lavedra, Oscar Aguad, Silvana Giudici, Juan Carlos Marino, Nito Artaza y Alfredo Martínez. También estuvo Sanz, al que abuchearon cuando entraba a Casa Rosada. “El que no salta es radical”, le cantaron, entre silbidos.
Pese a que la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, se recluyó en un spa en Córdoba y aseguró que “lo más honesto y respetuoso en este caso es el silencio”, sus dirigentes fueron a Casa Rosada a dejar sus respetos. Estuvieron los diputados Alfonso Prat Gay, Adrián Pérez, Patricia Bullrich y la senadora María Eugenia Estenssoro. Saludaron a Chacho Alvarez, al canciller Héctor Timerman y a su antecesor, Jorge Taiana. Luego, Bullrich se acercó al ministro del Interior, Florencio Randazzo, y le dijo que “en nombre de la CC le traemos el pésame. Por favor, transmítaselo a la Presidenta”. Luego partieron.
Más tarde pasó Ricardo López Murphy, que conversó brevemente con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. “No quise molestar más. Fui a presentar mis condolencias, sin que esto modifique un ápice mis desacuerdos. El duelo requiere prudencia”, dijo. El Bulldog indicó a Página/12 que caminó 15 cuadras “entre personas que no tienen mucha afinidad conmigo” sin que lo silbaran. “Me trataron con respeto y consideración. Ojalá se persista en esa actitud.”
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