Viernes, 29 de octubre de 2010 | Hoy
EL PAíS › MUESTRAS DE ALIENTO Y DOLOR EN EL SALON DE LOS PATRIOTAS
El apoyo de los jóvenes. La presencia de ministros y gobernadores. Los regalos y las ofrendas. El paso de los trabajadores y las personalidades de la cultura.
Por Julián Bruschtein
El velatorio de Néstor Kirchner en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos fue visitado por una multitud durante todo el día y continuaba anoche. Gestos de emoción y devoción hacia la figura del mandatario y muestras de aliento hacia la presidenta Cristina Fernández fueron los tópicos más importantes. La Marcha Peronista, ministros al borde del llanto y familias enteras le rindieron un último homenaje al ex presidente fallecido sorpresivamente anteayer de un paro cardíaco.
Banca. Desde que se abrió la puerta para el ingreso a la Casa Rosada, los visitantes más asiduos eran jóvenes. “En medio del shock no sabíamos cómo iba a ser la reacción popular, pero con toda la juventud que vino a despedir a Néstor nos da tranquilidad que la Presidenta tiene una banca enorme”, aseguró un funcionario a este diario. Durante toda la noche una gran cantidad de jóvenes se mantuvieron en la Plaza de Mayo en la vigilia previa al velatorio que comenzó a las 10, cuando abrieron las puertas de Balcarce 50. Después, pasadas las 22 –cuando Cristina Fernández no estaba en el salón– un grupo de la agrupación La Cámpora que conduce Máximo Kirchner irrumpió con la Marcha Peronista, dedos en “V” y abrazos para el hijo mayor del ex presidente.
Calor popular. “Sabemos que somos los herederos del proyecto de Néstor Kirchner y por eso tenemos que dejarnos de joder y profundizar el trabajo que ya está en marcha”, confió un funcionario del gobierno nacional. La primera reacción de los dirigentes del kirchnerismo fue de conmoción ante la muerte del conductor del proyecto y esto generó cierta “incertidumbre”. Pero “el temple con que vimos a la Presidenta y el calor popular nos alienta y nos deja las convicciones donde estaban antes de que sucediera todo esto”, destacó, sin ocultar su emoción.
“¡No estás sola!” Las demostraciones de afecto hacia Cristina y el ex presidente fueron una constante durante todo el día. La multitud que ingresaba en fila aplaudía toda vez que podía y gritaba: “¡Viva Néstor!”, “Fuerza Cristina”, “No aflojes que estamos con vos”, “¡Vamos compañera!”. Un grupo de mujeres humildes entró llorando y clamando por el ex presidente. Una de ellas empezó a alentar a la Presidenta al grito de “¡Estamos con vos, Cristina, no estás sola!” y comenzó a buscar entre los funcionarios. “¿Dónde está Aníbal?”, preguntó dos veces. Cuando lo encontró, lo señaló y le indicó: “Cuidamelá ahora, eh!”.
Ave María. Otro manifestante, cuando llegó al sector donde se encontraba la ceremonia, entonó el Ave María. Logró que la Presidenta se levantara y lo abrazara con emoción: era el barítono Ernesto Bauer. Al terminar de cantar, gritó: “¡Néstor, hasta la victoria siempre!”. Durante toda la ceremonia abundaron las familias humildes y de clase media llorando la pérdida del líder político.
Ofrendas. El féretro se encontraba ubicado en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos. Así, a los costados estaban las figuras de Eva Perón y el Che Guevara, y en la cabecera, el general Juan Domingo Perón y el presidente chileno Salvador Allende. Sobre el ataúd había una bandera argentina, una banda presidencial y el bastón de mando que Kirchner sacudió de arriba a abajo cuando lo recibió de manos de Eduardo Duhalde en 2003. Pero a medida que transcurrían las horas las ofrendas se fueron sumando a los elementos del protocolo. Primero fue el pañuelo que ofrendó la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y luego el de una madre de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo. También gran cantidad de rosarios, remeras, banderas e incluso una manta tejida a mano con los colores patrios cubrieron el ataúd.
Ministros. Los ministros se mantuvieron con Cristina en todo momento y se turnaron para que estuviera acompañada. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, estuvo la mayor parte del tiempo con la mirada brillante por las lágrimas reprimidas. Y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, también por momentos lloraba tras bambalinas. El secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, viejo compañero de ruta de Kirchner y Cristina, se mantuvo al lado de la Presidenta casi sin despegarse de ella. También el ministro de Educación, Alberto Sileoni, el de Justicia, Julio Alak, y el de Planificación, Julio De Vido. Un detalle lo dio el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que tomó la decisión de ingresar como todos los ciudadanos que se acercaron y pasó frente al ataúd mezclado y emocionado entre la multitud.
Descanso. Pocas veces la Presidenta se separó del féretro con los restos del ex presidente Néstor Kirchner. La primera fue apenas rozando las dos de la tarde, cuando se retiró a su despacho para descansar un poco, y fue acompañada por Máximo. Al frente de la ceremonia quedó Florencia Kirchner junto al canciller Héctor Timerman y allí fue cuando se acercaron las delegaciones diplomáticas a presentar sus condolencias. La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, también fue de las más conmocionadas por la pérdida, pero con el correr de las horas se fue componiendo.
Trabajadores. Las delegaciones de trabajadores fueron recibidas con especial atención por la Presidenta. A la mañana, la Confederación General de Trabajadores llegó con el camionero Hugo Moyano a la cabeza, secundado por el taxista Omar Viviani, el judicial Julio Piumato y el metalúrgico Antonio Caló. CFK saludó a todos y, por la tarde, recibió a la comitiva de la Central de Trabajadores de Argentina, liderada por los docentes Hugo Yasky y Roberto Baradel, acompañados por el dirigente del neumático, Pedro Wasiejko, y el estatal Marcelo “Nono” Frondizi. Más tarde, también estuvo Pablo Micheli, de ATE.
Oraciones. La Iglesia Católica envió a sus representantes a saludar a la familia presidencial. El titular de Cáritas, Jorge Cassaretto, presenció parte del velatorio y luego el obispo emérito Justo Laguna presidió una oración ecuménica, junto a representantes cristianos ortodoxos y un musulmán, entre otros. Antes, por la mañana, las autoridades de la AMIA, Guillermo Borger y Julio Schlosser, se acercaron junto al gran rabino Shlomo Benhamú, quien leyó un responso delante del cajón cerrado custodiado por cuatro granaderos.
Cerca. El gobernador bonaerense Daniel Scioli asistió junto a su esposa Karina Rabolini, y los mandatarios de Tucumán, José Alperovich, de San Juan, José Luis Gioja, de Mendoza, Celso Jaque, de Córdoba, Juan Schiaretti, se pegaron a la comitiva oficial desde temprano. El salteño Juan Manuel Urtubey llegó un poco más tarde. El santafesino Hermes Binner se mantuvo durante casi todo el día en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos y la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, se mostró muy cerca de CFK. Varios ex funcionarios de la gestión kirchnerista estuvieron presentes en el velatorio. El ex canciller Jorge Taiana mantuvo su perfil bajo entre los asistentes, al igual que el ex secretario de Medios Enrique Albistur y el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, que por su estatura no resaltaba entre la multitud.
Cultura. Los representantes de la cultura también se hicieron presentes. Se pudo ver a Pablo Echarri junto a su mujer Nancy Dupláa, a Andrea del Boca y a Florencia Peña, visiblemente conmocionadas por la pérdida del ex presidente. Teresa Parodi y Daniel Fanego también dijeron presente y, a última hora de la noche, llegó Nacha Guevara. Anabel Cherubito ingresó por el pasillo por el que marchaban los ciudadanos que querían saludar por última vez a Kirchner. Ya por la tarde, el conductor Marcelo Tinelli sorprendió con su presencia y le dio un fuerte abrazo a Cristina Fernández. Más temprano había estado Diego Maradona.
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