“El día en que la Iglesia, de nuevo, se lavó las manos...”

Von Wernich una oveja descarriada...

Monseñores...

¿Por qué no sinceran lo que era la Iglesia por esos años?

¿Quiénes pagaron, hasta con su propia vida, dentro de “su” institución el oponerse al horror?

Von Wernich no fue, ni es, una oveja descarriada, monseñores.

Von Wernich era la iglesia oficial de ese momento.

La Iglesia fue, y mientras no pida perdón pública y sinceramente lo seguirá siendo, cómplice de lo sucedido por esos años. Bendijo a los asesinos.

Muchos de sus miembros pagaron muy caro oponerse a la masacre ejercida desde el gobierno del proceso.

Los pocos y valiosos obispos que se ubicaron donde tenían que estar fueron relegados, y algunos de ellos hasta ofrendaron sus vidas por tal motivo.

Este cura, muy bien sentenciado por cierto, no es ni más ni menos que el emblema de una Iglesia que no termina de arrepentirse del papel jugado por esos años.

Esa institución fue partícipe necesario en la desaparición de varias de las personas que esta sociedad sigue y seguirá buscando, a pesar de las nefastas certezas que tiene del destino corrido por esos muchachos y chicas, hombres y mujeres.

Von Wernich, usted fue bien juzgado y muy bien sentenciado, por más justificaciones que nos quiera mostrar.

Así es como pagamos, desde el pueblo, con justicia; no con rencores, no con odios.

Esperemos que la lista de sentenciados siga, los culpables son muchos.

¡Que sea justicia!

Fernando Garavaglia

DNI 8.341.799