Martes, 30 de octubre de 2007 | Hoy
Daniel Peralta fue ratificado como gobernador, después de llegar a ese sitio en medio de un conflicto gremial. Habla de su relación con los Kirchner y critica a los que hacen “escraches”.
Por Miguel Jorquera
desde Río Gallegos
Hasta hace sólo un par de meses ni siquiera era el candidato del Presidente, que lo convocó como un bombero para apagar los conflictos sociales que provocaron la crisis política en Santa Cruz. Llegó como a las elecciones del domingo en condición de muleto –después que Kirchner decidió no poner en juego a su hermana Alicia en la convulsionada provincia– y ganó con el 57 por ciento de los votos y hasta arañó el triunfo en la esquiva Río Gallegos. Daniel Román Peralta festejó su triunfo con la ministra de Desarrollo Social y afirmó que “con Cristina vamos a hacer de Santa Cruz la mejor provincia de la Argentina”. En una entrevista con Página/12, afirmó que “hay que desterrar a los patoteros que utilizan la metodología del escrache”, defendió los contratos petroleros que firmó la provincia y reivindicó el papel del PJ.
Identificar la casa del gobernador en el humilde Barrio del Carmen, en los suburbios de Río Gallegos, fue sencillo. Es la vivienda más grande y arreglada de la cuadra y en la puerta todavía hay un trailer de la Gendarmería que custodia el lugar, como en los tiempos convulsionados que le tocó vivir cuando asumió interinamente como gobernador. Allí pasó gran parte del día de ayer atendiendo a la prensa.
–Con todos los números en la mano, ¿la euforia es la misma que ayer?
–Sí. Estamos muy contentos. Hubo una señal de la sociedad de Santa Cruz que dice que hemos reaccionado como pueblo y vamos a votar al proyecto que nos garantizó salir del conflicto con un plan de estructuración consensuada del futuro; y que está atado, en línea, con el proyecto nacional, que puede ayudar a resolver las grandes obras para necesita nuestra provincia.
–¿Cuáles?
–Las que con el presupuesto provincial no se pueden encarar. El pueblo de Santa Cruz nos dio una segunda posibilidad: vamos a tener ocho años con un santacruceño en la primera magistratura del país, perdieron tres años y medio, aprovechen los otros cuatro.
–¿Esto lo llevó a decir que con Cristina van a hacer de Santa Cruz la mejor provincia del país?, porque sonó muy riojano, al estilo de Menem.
–No, porque en La Rioja lo mejor que se hizo fue el aeropuerto de Anillaco. Perdimos tres años de gestión de un presidente de Santa Cruz, pero con una visión federal patagónica que es la que tiene Néstor Kirchner, porque sin esa visión federal es muy difícil que Santa Cruz se integre al resto del país definitivamente.
–Festejó el triunfo cantando la marcha peronista, que no fue precisamente un símbolo de la política de Néstor Kirchner. ¿Su gobierno es kirchnerista o peronista?
–El Presidente es peronista. Son circunstancias especiales, ayer la gente tenía necesidad de expresarse cantando la marcha. Kirchner promovió la transversalidad pero siempre dijo que el eje es el Movimiento Nacional Justicialista. Yo soy un tipo movimientista.
–Dijo que iba a extenderle la mano a la oposición, incluso a quienes no lo acompañaron con el voto, pero no a los patoteros. ¿A quienes se refería?
–A gente que persigue con la metodología del escrache a cualquiera por la calle. Hay que terminar con esa pelea entre vecinos.
–¿Por eso festejó con Alicia Kirchner?
–Alicia se merecía este festejo, fue injusto lo que se dio.
–El Presidente les dijo que ahora iba a tener más tiempo para estar con ustedes. ¿Es una alegría o un estorbo?
–(Se ríe.) Es con alegría. Es un amigo nuestro que ha pasado por la experiencia de 4 años en el manejo de un país y que tiene una visión estratégica de Santa Cruz, compartida o no políticamente por otros sectores, para nosotros es de mucha ayuda.
–¿No se va a sentir presionado?
–Somos amigos, nosotros tenemos códigos y reglas de juego que nunca rompemos.
–Esto implica que no se meta en su gobierno.
–De hecho nunca se metió, en estos cinco meses nunca me llamó para decirme esto está bien o está mal. Pero negar el peso de una persona que fue intendente, gobernador y Presidente para una sociedad en la que somos 160 mil electores, sería ridículo.
–¿Cómo es hoy su relación con el obispo Romanín, después de las duras críticas que tuvo para la gestión del ex gobernador Carlos Sancho?
–Buena. Buena con él y con los pastores de los demás cultos. A mí no me molestan las opiniones del obispo, porque tenemos que tener una relación institucional con la Iglesia que tiene que ser limpia, clara y de cara a la sociedad.
–¿Sin solución a los conflictos sociales que habían cuando llegó a la gobernación usted o cualquier otro hubiera obtenido este resultado electoral?
–Fue determinante, pero no quiero magnificarlo. Porque si hubiera sido sólo eso, después habría elegido la propuesta del otro candidato si hubiera visto mayores posibilidades de progreso.
–¿Con Kirchner en Río Gallegos, Santa Cruz se convertirá en el bunker del proyecto político para sostener el gobierno de Cristina Fernández?
–Lo veo más en Olivos a ese bunker, porque es más cercano a la relación del poder con las grandes corporaciones económicas, políticas, sindicales. Estamos muy lejos, a 3 horas de vuelo y a 3000 kilómetros de la Capital, no se puede hace política nacional desde tan lejos.
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