Decidí escribir para denunciar la situación que estoy viviendo y se vive en Santiago del Estero. A fines del año pasado decidimos con mi esposo volver desde Australia, ya que, según se decía, la situación había mejorado y en particular aquí en Santiago, ya que se habían ido “los Juárez”. Pero el panorama que encontramos es igual de nefasto, ya que se viven las mismas situaciones de exclusión, pero en un contexto de supuestas políticas de igualdad e inclusión. Soy psicóloga y terminé en el Hospital Alvear de Buenos Aires la residencia de Psicología Clínica que me preparó para trabajar en cualquier nivel del sistema de salud público, pero ya hace un año que estoy en busca de un contrato de locación (estamos hablando de 800 pesos y sin ningún beneficio social), pero no lo consigo, ya que no tengo “padrino político”. Asistí en estos doce meses al nombramiento de psicólogos que aún no habían terminado de rendir su última materia o que no tenían experiencia, pero son hijos o parientes de vaya a saber qué diputado o senador. No existen los concursos para cubrir cargos y la única forma de entrar es con un “contacto”. ¿Qué hacer entonces? Vaya esta carta como un comienzo de respuesta.

Mariana Roldán Suárez

DNI Nº 23.886.731