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La inseguridad ha sido uno de los temas que más nos vienen preocupando a los argentinos y se ha convertido en un factor determinante a la hora de definir y evaluar propuestas electorales y políticas de Estado. Datos del INdEC de 2003 revelan que en ese año se cometieron un total de 1.270.725 delitos diversos, lo que equivale a decir que hubo 145 delitos por hora, lo que provocó que muchos compartamos el temor a salir de nuestras casas. Pero también hay una realidad que, paradójicamente, lleva a muchas mujeres a sentirse más seguras en la calle que en sus propias casas. Según un Informe sobre el Estado de la Población Mundial 2000 del Fondo de Población de las Naciones Unidas, al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha sido apaleada, obligada a entablar relaciones sexuales bajo coacción o maltratada de alguna manera, muy frecuentemente, por alguien que ella conoce, inclusive el esposo u otro varón miembro de su familia. Según la Encuesta de la Victimización recientemente finalizada en Costa Rica, en más del 60% de los casos de violencia física, ésta fue perpetrada por una pareja o ex pareja. Con las manifestaciones más severas de la violencia, golpes, patadas, intentos de ahorcamiento y uso de armas, la participación de los hombres con quien se mantiene una relación de pareja es mucho más significativa, con una participación de hombres cercanos que asciende hasta un 90%. El 78% de las violaciones se cometen por un hombre con el que la mujer tiene o tuvo una relación de pareja. Además en un 84,3% de los casos, la violencia ocurre dentro del hogar. Y en Argentina ni siquiera tenemos datos claros al respecto. Como mínimo debemos pensar en que 540 mujeres son víctimas de la violencia doméstica a diario, casi cuatro veces más que el total de personas que son víctimas de algún tipo de delito... lo cual implica una tragedia cotidiana que viven millones de mujeres en absoluto silencio y además con la minimización social de hecho o la justificación en algunos casos. Por eso estoy segura de que todas las que lean esta carta sabrán la gravedad del tema y la necesidad de su participación y compromiso para que declaremos este tema “De interés nacional”.